Debo precisar que esta vez escribiré en primera persona, pues serán opiniones personales, y muy dubitativas, pero que escribiré como político, interesado por la geoestrategia y la política internacional, y para nada platicaré como moralista o como mesías de valores éticos superiores. Esa posición, indispensable en los intelectuales o, por ejemplo, el mismísimo Papa de Roma o el Dalai Lama, debe existir y configurar lentamente sociedades, pero no pueden condicionar las decisiones políticas técnicas a corto plazo. En un breve billete propongo que cojamos un enfoque muy global e inevitablemente simple. Yo entiendo que la invasión del Donbass y sus reacciones y consecuencias tienen que ver con la seguridad y la manera de asegurarla entre grandes potencias a través de las relaciones de poder. Y tiene mucho que ver con la dependencia/soberanía energética de distintos bloques, muy particularmente el europeo continental. Frente a ese análisis está creciendo la visión de que es tan sólo una guerra y que lo que hay que alcanzar ya es “La Paz”. Sólo que a saber lo que se entiende por Paz… y si se habla de paz ahora o para el futuro. Por ejemplo, entre los varios factores que impulsaron a Putin a invadir Ucrania, no es despreciable el que la jerarquía rusa entendiera que el hecho de que Ucrania dejara de ser un Estado tampón comprometía severamente la seguridad y la paz de las futuras generaciones de rusos. No la justifico, la analizo. No sirve para gran cosa cubrir a Putin de los peores insultos y denigrarle, aunque se lo merezca, el problema político es que hay que contar con él si se quiere “La Paz”, saber que es sumamente inteligente, amén de sus horribles defectos (para nosotros) y que, posiblemente, sería peor que el mando estuviera en algún otro miembro de la jerarquía del Kremlin. Reduzcamos ahora nuestra ambición sobre “la Paz”, y admitamos que lo que se desea es que dejen de morir horriblemente miles de ucranianos y rusos todos los días, y por supuesto, ni se plantee nadie enviar jóvenes europeos a morir a Ucrania. Para acercarnos a proponer algunas posibilidades propongo que, tras el tiempo transcurrido, veamos los claros perdedores y ganadores actuales. Esencialmente Rusia y putinismo están del lado de los ganadores. Han recuperado buena parte del Donbass que querían, y por lo tanto son capaces de volver a tener un Estado tampón, Crimea está fuera de toda duda, han probado una gran capacidad de resiliencia militar enmendando errores iniciales y mostrándose capaces de producir lo que necesitan masivamente. Putin ha salido reforzado y ha eliminado muchos enemigos interiores, y, por supuesto las sanciones económicas se han sorteado. Los otros gran beneficiados son, sin duda alguna, los EEUU. Han logrado un reforzamiento brutal de la OTAN, aumentar la dependencia de Europa, en particular energética, de ellos mismos, debilitar la UE, con divisiones (Scholz y Macron están claramente enfrentados en cómo resolver la crisis) y reforzando la evidencia de que la UE no es una unidad política, e importantes ganancias económicas para sus industrias. Los perdedores son, claramente, y horriblemente Ucrania, la gente de Ucrania, sometidos a una masacre y con la economía destrozada, totalmente dependientes de una ingente, e interesada, ayuda exterior para sobrevivir y reconstruirse. Es casi la historia de una inmolación. Y el otro gran perdedor es sin duda alguna también, la UE. Si recordamos el principio, la seguridad, el gigantesco shock que sufre la UE tras la invasión, es un cambio radical en su visión de la paz futura. La “ost politik” (creciendo desde la época de Willy Brandt) cae fulminada y Rusia pasa de ser un vecino muy particular pero “partner” en los negocios y en un crecimiento común hacia mayor prosperidad y entendimiento, a ser un enemigo potente que amenaza muy seriamente la seguridad, y por tanto, “La Paz” de los europeos del futuro. Eso acarrea una gran convulsión energética y económica, un cambio absoluto de prioridades políticas (inversión en Defensa, vb), un afloramiento de su debilidad en las relaciones de poder y divisiones internas. Recordemos que ese nuevo panorama internacional radicalmente distinto al anterior es anunciado firmemente por Scholz en un discurso seminal tres días después del inicio de la invasión, solo tres días después. El shock es inmediato para el motor principal de la UE.
De ahí deduzco que para acabar las matanzas a corto plazo el gran obstáculo, en este momento, es salvar la cara de los dañados por la situación. ¿Sería bastante la firma de un armisticio provisional a la coreana manera, es decir eterno y litigioso, que creara un “no man´s land” alrededor del Donbass y el resto de Ucrania negociando su membresía de la UE y tal vez de la OTAN (existe el precedente de Chipre)? Ahí lo dejo.
Una frase más, lo más peligroso que he oído para España es a quienes consideran que el problema ucraniano ni les va ni les viene y que debe desentenderse de toda participación. La seguridad de Europa entera, incluidísimo España, está en juego. Sin vuelta de hoja.