La presidenta indicó que está orgullosa de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, por delante de cualquier otra nación en Asia, y añadió que Taiwán es ahora una sociedad avanzada. También mencionó otros éxitos durante su mandato, como la gestión de la COVID-19, un sistema de pensiones financieramente más sólido y un sistema de defensa para toda la sociedad.
Según Tsai, la nación tiene todos los elementos de un Estado, incluida una constitución, leyes, un sistema político y un cuerpo militar. La nación disfruta de libertad, democracia y valores progresistas, apuntó Tsai, agregando que la mala interpretación que hizo China de la resolución de la Organización de las Naciones Unidas a principios de la década de 1970 no se aplica al futuro de Taiwán.
Ante las amenazas de China, Taiwán necesita aumentar el costo de cualquier posible invasión, fortaleciendo la capacidad militar y trabajando con amigos regionales para formar una disuasión colectiva, apuntó Tsai. La capacidad militar de la nación se ha reforzado con inversiones y asistencia estadounidense, mientras que otros países de la región han expresado oposición a cualquier cambio unilateral del statu quo, y que la paz y la estabilidad son la máxima prioridad para la región y el mundo, añadió la mandataria.
Tsai también enfatizó que Taiwán ha establecido relaciones comerciales y de inversión con el resto del mundo, citando la importancia de la nación en la cadena de suministro global. La mandataria también instó a las democracias a seguir apoyando a Ucrania, ya que ese respaldo da confianza al pueblo en Taiwán.