En el ámbito online, se utilizarán tecnologías para seudonimizar datos, garantizando que el BCE solo procese una cantidad mínima de información. Además, el Reglamento para el Euro Digital, que será adoptado por la UE, establecerá un equilibrio entre la privacidad y otros objetivos de política pública como la lucha contra el blanqueo de capitales.
El proyecto del euro digital es público y el BCE no tiene interés en monetizar los datos de pago, diferenciándose de muchos proveedores de pago comerciales. Se implementará un robusto marco de auditoría y cumplimiento de protección de datos, supervisado por un grupo independiente, para asegurar la transparencia y la fiabilidad del euro digital.
En resumen, el BCE se compromete a proteger los datos de pago de los usuarios del euro digital mediante un marco legal sólido, innovaciones tecnológicas y un riguroso cumplimiento normativo, asegurando una privacidad de vanguardia para todos los usuarios.