“Un software de seguridad que se supone debe protege los sistemas de ataques tumba el propio sistema”, subraya el experto en seguridad y gestión IT. “La tecnología y especialmente el software cada vez suponen una mayor complejidad. No se trata de elegir al mejor proveedor, se trata de entender que a más tecnología más probabilidad de fallo”, afirma.
A ojos de los expertos, a más complejidad del stack tecnológico, el coste de mantenerlo es mayor y también hay más posibilidades de entrar en una situación de alerta como la actual. “Como fabricantes de software de seguridad nuestra pesadilla es justo lo que le ha pasado hoy a Crowdstrike: matar al paciente que queremos proteger. No se libra nadie”, incide Lerena.
“Quizás por esto mismo no hemos vuelto a la luna desde los años 60, porque antes la tecnología se usaba con la cabeza y era menos compleja, hoy el exceso pasa factura y la calidad del software no es que sea menor, es que es muchísimo más compleja. Si queremos volver a la luna tenemos que entender esto y mientras, cruzar los dedos para que cuando vayamos al aeropuerto otro parche no nos deje en tierra”, explica.
El sistema Crowdstrike está destinado a reforzar la seguridad de los parques tecnológicos de las principales empresas. En el caso de Aena, por ejemplo, cobra gran relevancia porque el 25% de los ciberataques a los sectores estratégicos son al transporte. La banca es el primero con un porcentaje superior, pero también están las telecomunicaciones con el 18%, la energía con un 23% o incluso el sector del agua por debajo del 5%.
La solución, indican, no es otra que seguir invirtiendo en formación y en sistemas de seguridad informática mediante sistemas de monitorización, que permiten adelantarse a situaciones de estas características y reducir los daños.