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Señor Sánchez, por qué ganar dinero no es un pecado, siempre que se haga lícitamente

· Por Miguel Córdoba, economista, profesor de economía y finanzas, ex director financiero de varias empresas del sector privado

martes 17 de septiembre de 2024, 07:50h
Señor Sánchez, por qué ganar dinero no es un pecado, siempre que se haga lícitamente
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Creo sinceramente que este año vamos a tener un otoño caliente. Nuestro egregio presidente ha regresado con las pilas cargadas de sus vacaciones estivales y en sus más diatribas que discursos ha dejado claro que eso de poseer riqueza o ganar dinero en España es algo, sino punible, no deseable. Su soflama sobre los Lamborghini resulta más propia de un dirigente de república bananera que de un gobernante de un país europeo. La verdad, no sé cuántos coches de la marca Lamborghini hay en España, pero seguro que no son muchos, sencillamente porque el número de ricos en España es escaso en relación con el resto de Europa. Otra cosa es que en la época vacacional tengamos muchos millones de turistas y se vengan con sus coches de alta gama a pasar las vacaciones.
Miguel Córdoba, economista.
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Miguel Córdoba, economista.

Sin embargo, es bastante fácil usar el populismo barato para intentar conseguir el voto o la aquiescencia de los potenciales electores. Sobre todo, porque un avión Falcon vale bastante más que un Lamborghini, y el avión sí que lo pagamos todos los españoles, mientras que el Lamborghini se lo paga el que lo compra, y si lo hace es porque ha trabajado lo necesario para poderlo conseguir.

A lo mejor, es que se trata de un caso grave de envidia. Nunca he entendido por qué en nuestro país, tener dinero o éxito se ve como socialmente como algo negativo. En Estados Unidos se admira a los grandes empresarios que montan empresas y consiguen ser multimillonarios; nadie los ve como una lacra social. Sin embargo, en España, y particularmente la izquierda, siempre se ve al que tiene dinero o éxito como un enemigo a batir, como alguien al que hay que crujir con impuestos para lograr una “solidaridad” obligada con el resto de las personas que no tienen dinero o no tienen éxito.

Habría que decirle al Sr. Sánchez que ganar dinero o tener éxito tiene mucho que ver con el esfuerzo, el trabajo, la inteligencia y la gestión. Estar jugando a la play station o viendo series casposas esperando el cheque mensual del subsidio no es la mejor forma de conseguir comprarse un Lamborghini. La productividad en España es de las más bajas de Europa y hay 910.000 personas entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan, los famosos “ninis”, que, o viven con sus padres o tienen un ingreso mínimo vital que les permite hacer un perol de espaguetis el lunes y comer de él toda la semana.

Sr. Sánchez, ¡este no es un modelo de Estado! No puede Vd. aparecer después de sus vacaciones echándole la culpa a los “ricos” de lo que pasa en España y que lo que hay que hacer es subirles los impuestos para intentar cubrir el déficit público permanente al que Vd. nos ha abocado. Ya no hay COVID, ni una inflación galopante, ni una crisis de materias primas, pero Vd. sigue gastando cada año 60.000 millones de euros más de lo que ingresa. Ya sé que lo del Falcon es el chocolate del loro, pero en ningún momento se ha visto un programa de reducción del gasto público ni un plan para amortizar el enorme océano de deuda pública entre cuyas aguas procelosas nos está obligando a navegar a todos los españoles.

Nunca entenderé por qué la izquierda siempre se dedica a buscar colectivos entre los cuales gastar sin preocuparse de si tiene o no capacidad para ello. Con la bandera del “gasto social” emite toda la deuda pública que necesita y el que venga detrás que arree. Parece que nadie le ha dicho al Sr. Sánchez que el próximo uno de enero cambia la política del Banco Central Europeo, que ha adquirido casi toda la deuda soberana española desde hace ochos años, y a partir de enero va a dejar de comprarla. Todos nos preguntamos que pasará con la prima de riesgo española a partir de entonces y, lo más importante, quién va a comprar deuda española.

Pero al Sr. Sánchez no le importa. Los “ricos”, los “ricos” … ¡a por ellos! Para conocer la actual estructura del patrimonio de las clases medias y altas en España, podemos acudir a la Estadística de Declarantes del Impuesto sobre el Patrimonio (en adelante “ISP”), que publica la Agencia Tributaria; la última publicada es del año 2021:

Declarantes del Impuesto sobre el Patrimonio en España
Miguel Córdoba a partir de las estadísticas de declarantes del Impuesto sobre el Patrimonio

Podemos observar que hay tan solo 231.289 personas que presentan la declaración de este Impuesto, aunque tributan por muchos de los conceptos en los que se subdivide la estadística. En total, se declaran casi 850.000 millones de euros en activos, aunque aproximadamente la mitad están exentos de tributación. La mayor parte de los activos declarados son de índole financiera (75%), lo cual podría contrastar con el hecho de que el principal activo del ahorro de los españoles se centra en activos inmobiliarios, pero este hecho es lógico, ya que la inmensa mayoría de los españoles no presenta declaración por el ISP y, además, la valoración de los inmuebles se realiza por el valor catastral, mientras que la de los activos financieros se hace por su valor nominal real.

Podemos observar la estructura simplificada del cuadro anterior:

structura de declarantes según base imponible
Miguel Córdoba con datos de la Agencia Tributaria

El dato más significativo es que los tenedores de riqueza que supera los seis millones de euros suponen un 4% de los declarantes, pero poseen el 33% de la riqueza total declarada.

Si ahora vemos un cuadro similar por tipo de activos:

Estructura de declarantes según tipo de activos
Miguel Córdoba con datos de la Agencia Tributaria

Confirmamos que las clases altas invierten básicamente en bonos y acciones (75% del total declarado) y después en inmuebles, aunque, como es lógico, la inversión en inmuebles es menos rentable que la inversión en activos financieros y tiene además unos costes de mantenimiento significativos, por lo que sólo se invierte un 19% del total. El resto de los activos son meramente testimoniales.

Por tanto, Sr. Sánchez, si tan sólo el 0,36% de los declarantes del ISP, 831 personas, tienen más de 30 millones de euros, ¿dónde están los ricos? ¿qué impuestos se va Vd. a inventar para sacarles más dinero? Le recuerdo que el coste de intereses del océano de deuda pública nos cuesta a todos los españoles 3.000 millones de euros todos los meses (100 millones diarios). Con los impuestos añadidos a los “ricos”, si consigue 30 o 40 millones más al mes sería casi un milagro (le recuerdo las previsiones de la recaudación de la tasa Tobin y lo que se recaudó en realidad). Pero eso sí, su rédito político será inmenso como adalid de los descamisados, que diría Alfonso Guerra.

Si el Sr. Roig ganó mil millones de euros en Mercadona el año pasado no fue porque se lo robara a nadie, sino porque lleva cincuenta años trabajando de sol a sol y creando la mayor empresa de distribución de España con crecimiento orgánico, dando trabajo a más de 100.000 personas, a las que, por cierto, paga un salario que supone un 35% más que el resto del sector. Llamar “rico peligroso” al Sr. Roig es un sinsentido y decir que a los ricos hay que esquilmarles parte de sus beneficios porque tienen mucho es un planteamiento retrógrado próximo a los planteamientos soviéticos.

Tiene Vd., Sr. Sánchez, un equipo lleno de ideólogos que además, para estar en su equipo, deben ser amigos suyos y muy fieles. Con esos criterios de selección es muy difícil conseguir un grupo de profesionales capaces de gestionar con éxito las cuentas públicas. Creo que lo que algunos califican de empecinamiento suyo en colocar al Sr. Escrivá en el Banco de España no es tal; simplemente es que no tiene banquillo, especialmente en el terreno económico, y nuestro país va a tener que sufrir este problema en los años venideros.

El modelo social comunista tradicional de concentrar los recursos del país en el sector público y otorgar el derecho de uso a los dirigentes no funcionó en el siglo XX, y no le va a funcionar a Vd., Sr. Sánchez. Al final, sólo viven bien los que son del partido, como pasaba con Stalin, y el resto de la población sólo sobrevive, igualitariamente sí, pero desilusionando a emprendedores y clases medias que acabarán hasta teniendo miedo de ganar dinero, no vaya a ser que se lo esquilmen para seguir enviando cheques a la denominada población vulnerable.

Se lo repito, Sr. Sánchez, en el primer año de su segundo plan quinquenal, este no es un modelo de Estado, e incluso me atrevería a decir que ni siquiera es democrático. Ganar dinero no es un pecado, siempre que se haga lícitamente. Lo demás no es otra cosa que un renacer de los planes quinquenales, de triste recuerdo, que oprimieron sin piedad a varias generaciones de rusos.

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