A pesar de la advertencia de Mario Draghi de que "con esta legislación, estamos matando a nuestras empresas", von der Leyen parece haber aprendido poco del descontento público mostrado en las elecciones de junio, al observar la distribución de carteras de su nueva Comisión Europea. El nombramiento de figuras como Stéphane Séjourné, Teresa Ribera y Christophe Hansen como nuevos comisarios europeos no hace sino agravar la sensación de que la Comisión está impulsando políticas económicamente insostenibles. Lo más preocupante, sin embargo, es que haya podido rechazar la candidatura francesa de Thierry Breton para un segundo mandato. Esto sí que es un signo de la excesiva centralización del poder en la UE.
La caída de Thierry Breton
La repentina dimisión de Breton el pasado lunes marca un momento significativo en la consolidación del poder en curso bajo von der Leyen. El comisario francés dimitió tras acusar a von der Leyen de pactar con el presidente francés Macron su destitución a cambio de un papel más influyente para Francia en el futuro.
Breton había sido noticia a principios de año por advertir a Elon Musk, propietario de Twitter X, sobre la amplificación de contenidos nocivos en la UE durante la entrevista que Musk tenía prevista con Donald Trump. Sin embargo, su salida tuvo menos que ver con su actitud hostil hacia la libertad de expresión, que von der Leyen comparte, y más con su tensa relación con von der Leyen. El periodista francés Jean Quatremer ha señalado que las críticas públicas de Breton al liderazgo de von der Leyen habían creado importantes tensiones entre ambos.
Breton no fue el único Comisario que se opuso a la centralización del poder de von der Leyen, pero sí uno de los más francos. Su oposición al intento de von der Leyen de nombrar a Markus Pieper "Enviado de la UE para las PYME" fue sólo un ejemplo de las fricciones. Este cargo, antes honorífico, se transformó en una función bien remunerada, algo que Breton se aseguró de revelar. Sus enfrentamientos con von der Leyen, unidos a su cada vez peor relación con las grandes tecnológicas estadounidenses, acabaron por provocar su marcha.
La capacidad de Von der Leyen para convencer a Francia de que destituya a Breton pone de relieve el creciente poder del Presidente de la Comisión Europea. Contrasta con lo ocurrido a finales de los noventa, cuando Jacques Santer no logró convencer a la Comisaria francesa Edith Cresson de que dimitiera, a pesar de su implicación en un escándalo de corrupción.
Esta creciente centralización del poder bajo von der Leyen no ha estado exenta de críticas. Personalidades como Breton, entre otras, se han opuesto abiertamente a su estilo de gobierno. Sin embargo, al comienzo de su segundo mandato, está claro que von der Leyen quiere mantener su rumbo, incluso frente a la resistencia pública y política. Esto también se aprecia en la distribución de carteras de los Comisarios de la UE designados.
Todo sigue igual con el "acuerdo verde
El nombramiento de Teresa Ribera como Comisaria de Competencia de la UE, con responsabilidades también en política climática, es quizá el nombramiento más alarmante. Lo único que no le importa es evitar las ayudas estatales, como atestiguan los miles de millones de subvenciones al "hidrógeno verde" repartidos por el Gobierno español, ignorando el crítico informe del Tribunal de Cuentas Europeo sobre tal enfoque.
Ribera, socialista española con un largo historial de promoción de políticas climáticas que muchos consideran económicamente perjudiciales, será también responsable de la cartera de "transición limpia, justa y competitiva". Su oposición a la energía nuclear, una fuente de energía probada capaz de combinar el nivel de vida con la reducción de las emisiones de CO2, es especialmente preocupante.
Ribera no está sola en su postura antinuclear. El danés Dan Jørgensen, otro actor clave en la política energética de la Comisión, comparte su oposición. Su mandato en Dinamarca fue testigo de proyectos energéticos costosos y finalmente fallidos, como las "islas energéticas".
Al parecer, los activistas del clima y los grupos de presión de las energías renovables han interpretado la decisión de von der Leyen de responsabilizar a Ribera, Jørgensen y al Comisario holandés de la UE, Wopke Hoekstra, de la política climática y energética como una señal de continuidad con el "Pacto Verde", aunque este término se haya eliminado de los títulos de los Comisarios de la UE, ya que se ha vuelto muy tóxico.
Preocupaciones comerciales
Otra figura preocupante es el luxemburgués Christophe Hansen, nombrado nuevo Comisario de Agricultura de la UE. Como antiguo ponente de la directiva de deforestación de la UE, es responsable de una directiva que ha provocado importantes fricciones en el comercio internacional, sobre todo con exportadores clave de aceite de palma, como Malasia e Indonesia, donde muchos pequeños agricultores se verían afectados por los nuevos requisitos burocráticos de la UE, y eso que, de momento, el 93% de las importaciones de aceite de palma a Europa son sostenibles. La negativa de la UE a reconocer sus normas de deforestación, que han sido eficaces para reducir la pérdida de bosques, según las ONG, ha paralizado las conversaciones comerciales. Mientras tanto, el Reino Unido, por el contrario, ha adoptado estas normas, demostrando un enfoque más pragmático.
Las repercusiones de la directiva han llevado ahora también a Alemania y otros Estados miembros de la UE, junto con Estados Unidos y Brasil, a pedir que se posponga su aplicación. El papel de Hansen en todo esto plantea profundas dudas sobre si es correcto premiarle con un nuevo y poderoso cargo.
¿Más deuda de la UE?
A la lista de figuras preocupantes se suma Andrius Kubilius, Comisario designado de Defensa de Lituania. Apodado ya por Bloomberg "el primer jefe de defensa de la UE", Kubilius no ha tardado en abogar por una mayor emisión conjunta de deuda europea para financiar un presupuesto de defensa masivo de 500.000 millones de euros. En caso de que esto resulte políticamente inviable, también ha sugerido recurrir a los fondos del programa de recuperación Covid de la UE o al fondo de rescate de la eurozona.
Del mismo modo, el comisario francés designado Stéphane Séjourné, un estrecho aliado del presidente francés Macron, apoya la centralización de la UE, habiendo votado a favor de los impuestos de la UE, la regulación climática punitiva y los aranceles climáticos. También apoyó la infame prohibición de facto del motor de combustión de la UE, que ahora sirve como símbolo del declive industrial autoinfligido de Europa. Como Comisario Europeo, Séjourné será ahora responsable de "prosperidad" y "estrategia industrial".
Todo esto es revelador del estado de la UE. Un diplomático de la UE, comentando el reparto de carteras de von der Leyen, explicaba que "si te fijas en quién está al frente de las DG [Direcciones Generales, versión bruselense de los ministerios nacionales], son todos hombres de confianza de von der Leyen". En teoría, tanto el Parlamento Europeo como los Estados miembros de la UE aún pueden deshacer el entuerto, pero es poco probable que lo hagan.