¿Qué hizo libre y voluntariamente ‘El 1’ (‘el puto amo’, se llegó a decir por parte de un tabernario ministro) para favorecer las actividades presuntamente delictivas que emanan de lo que aparenta ser una avariciosa banda de chorizos? Y, tan relevante o más, ¿qué pudo omitir conscientemente ‘El 1’ para que esta avariciosa banda de chorizos (con conexiones tan chuscas y de tantos ceros) viese prosperar sus planes hasta terminar, algunos de sus integrantes, dando con sus huesos preventivamente en la cárcel?
En efecto, tanto en la trama Koldo-Ábalos-Aldama como en la peripatética (pero también presuntamente delictiva) de Begoña, las aclaraciones no llegan y los silencios se multiplican y prolongan. ¿No era ‘El 1’ el primer interesado en desmontar los bulos? ¿no iba a liquidarlos de un plumazo para vergüenza y escarnio de los falsos periodistas que los difundían?
Pues no. Ni una cosa ni la otra. Lo único verdaderamente despejado, a estas alturas de las investigaciones que salpican por entero las faldas de Sánchez (y a sus falderos), es que éstas avanzan, van fructificando, maduran… y a través de esas indagaciones se van atando todos los cabos que, desde abajo hacia arriba, pueden terminar poniendo de manifiesto lo que hoy por hoy es sólo una hipótesis; sólida, verosímil, pero una hipótesis.
Investigado directamente o no, y en el paralelo histórico de lo que ocurriera a González con los gravísimos delitos perpetrados en los ochenta por sus correligionarios, ¿dará lugar Sánchez a que jueces y magistrados -fiscales es imposible- le señalen por sus responsabilidades que le convierten en el primer jardinero al cuidado del terreno en el que florecían los más lucrativos y corruptos negocios de ‘los suyos’? Si no liquida antes a esos jueces y magistrados (ganas y herramientas no le faltan), sólo habrá que esperar un poco más para despejar esa X. Paciencia.