www.elmundofinanciero.com

Escalera

· Por Julio Bonmatí, Observador de masas

domingo 01 de diciembre de 2024, 09:22h
Escalera
Ampliar
Más vale pronto aprender que nadie vale más que nadie, puesto que todas y cada una de las demás personas sin excepción supera a cualquier otro como mínimo en una cosa [muchos en más de una] y nadie supera en todo a todos. La ignorancia es un peligro que te acecha de continuo desde dentro, es tener instalado al peor de los enemigos con habitación propia en casa, implica un riesgo permanente; te pone sin paracaídas con un pie fuera en el borde del abismo, un lugar que de manera inmediata es insalvable, y por ello es mucho peor, ya en sí misma es una catástrofe.

Solo es evitable lo ignoto a medio o largo plazo mediante la anticipación y la constancia en la adquisición de un saber para cuando se precise de su utilización tenerlo disponible; estar tranquilo sin su compañía es torpeza.

La incorporación de conocimiento es un continuo escalable que mientras se está en ello además generosamente también regala un acumulable y placentero dolor de gemelos, es una escalera que hay que subir peldaño a peldaño, sin posibilidad de saltarse ninguno.

Y es muy importante antes de comenzar, para llegar a subirla del todo, saber aceptar que la escalera de la sabiduría no es la misma para todos, cada uno tiene la propia con su particular número de peldaños; hasta para esto la vida es muy justa. Y no debe ser tal diferencia la excusa [de mal pagador] para eludir la responsabilidad de ascenderla.

Todos los peldaños anteriores, los que en mayor o menor medida permiten tocar con la mano pero no con los pies el final, son de escalada obligada pero solo son cimientos para colocar y sujetar sobre ella una erudición con la seguridad de que cuando se necesite no resbalará y caerá a la primera. Realmente solo aportan los tres últimos maderos.

El antepenúltimo peldaño en la escalera de la sapiencia es tener perfectamente ubicado donde encontrar el exacto conocimiento válido y útil que se precisa en cada momento, sin necesidad de buscar más de un minuto, y no confundir disponer del método o herramienta de búsqueda con el propio conocimiento.

El penúltimo peldaño es haber incorporado esa sabiduría a la propia persona, se alcanza cuando se identifica a ambos de forma inseparable. Cuando los otros ante la pregunta ¿Esto quien lo sabe? Responden rápido y sin dudar “fulano”. Y, si urge, corren a buscarlo.

El último peldaño en la escalera de la sabiduría es la humildad, los que aquí llegan toman plena conciencia de su “no saber”; interiorizan que lo suyo no es ser un profesor del conocimiento, es ser un maestro [un auténtico maese] en disimular la ignorancia.

Al alcanzarlo toca retirarse de la enseñanza orgullosa, practicada motu proprio, para limitarse con sincero respeto a responder concreto, sucinto, claro y amable solo a los que te requieren con sus preguntas, haciéndoles sentir que es en estas donde reside lo importante, incitando a que sigan haciéndose más, compartiendo la excitación sentida tras conocer la respuesta y por encima de todo agradecido de ser el elegido para hacérselas.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios