El PNF tenía sus raíces en el nacionalismo italiano que había llevado a la unificación del país y que era visto por la población como un paso para alcanzar una Italia moderna. Mussolini pretendía restaurar y ampliar los territorios italianos, que consideraba necesarios para que la nación pudiera afirmar su fuerza y su superioridad, y así evitar caer en decadencia. Consideraba que la Italia moderna era heredera de la Roma antigua y de su legado, por lo que apoyaba la creación de un Imperio Italiano que permitiera proporcionar un spazio vitale para la colonización italiana, así como el establecimiento de un control sobre el mar Mediterráneo. En esa línea realizó una política exterior expansiva y agresiva, que le llevó a intervenir e intentar colonizar a Libia en 1923, a Etiopía en 1936 y a Albania en 1939, entre otros territorios.
Promovió el establecimiento de un sistema económico corporativista en el que el empleador y el empleado estuvieran unidos en asociaciones, para representar colectivamente a los productores económicos de la nación y para trabajar junto al Estado y establecer una política económica nacional. Este sistema económico buscaba acabar con la lucha de clases a través de la cooperación entre clases y se oponía de forma radical al marxismo
El fascismo no cuestionó la propiedad privada siempre que cumpliera lo que el Estado dictaminara como «función social». No alteró el sistema capitalista convencional más allá de una fuerte intervención del mercado, favoreciendo determinadas áreas de las grandes empresas industriales.
Fue apoyado por las clases económicamente poderosas, por ejemplo, la alta burguesía industrial o las familias conservadoras ricas, para oponerse a los movimientos obreros, al comunismo y a la democracia liberal. Esta es una de las razones, junto a su defensa de valores tradicionales como el patriotismo o la religiosidad, por la que se le suele considerar como un movimiento de derecha política, si bien también se dice que tiene conexiones doctrinales con la izquierda, por su programa económico social (proteccionismo, nacionalización, promoción de grandes empresas públicas, etc.)
¿Cuál de estas tres ideologías políticas, Marxismo, Nazismo y Fascismo ha sido peor para la Humanidad? Las tres fueron antidemocráticas y emplearon la violencia para tomar el poder. Para opinar sobre su grado de maldad veamos unos indicadores básicos: número de víctimas, duración y número de sus dictaduras, carácter genocida, expansión por el mundo, presencia en la actualidad.
Por número de víctimas, cabe achacar al Marxismo, según el Libro Negro del Comunismo, publicado en 1997, 100 millones de víctimas, detalladas por continentes y países. A ellas habría que añadir las que hayan provocado en los países que han seguido siendo marxistas o que lo haya intentado en estos 25 años transcurridos. Al Nazismo, según el Museo del Holocausto, inaugurado en Washington en 1993, cifra el número de víctimas en unos 17 millones. Respecto al Fascismo italiano no existen informaciones tan detalladas como las referidas al Marxismo y al Nazismo, si bien algunas estimaciones lo cifran cercano a un millón de víctimas.
Por duración, la dictadura marxista lleva en el poder en China 75 años en China, 79 años en Corea del Norte, 65 años en Cuba. Asimismo, hasta la caída del comunismo en 1989, la URSS sufrió una dictadura de 72 años y los países de Europa del Este (Bulgaria, Rumanía, Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Alemania del Este, Yugoslavia, Estonia, Letonia y Lituania) 44 años cada uno, etc. El Nazismo estuvo en el poder 12 años, desde 1933, y el Fascismo desde 1922 hasta 1943, es decir 21 años.
Por número de regímenes dictatoriales, el Marxismo ha inspirado, o inspira, a una treintena de dictaduras; el Nazismo a una, la de Hitler, si bien tuvo imitadores menores en otros países, pero en general si llegar al nivel genocida del Nazismo. El Fascismo inspiró fundamentalmente uno, el Fascismo italiano. No cabe comparar al Franquismo con el Fascismo por su origen (una Guerra Civil contra el Marxismo), si bien es cierto que en cuanto a ideología es cierto que el Falangismo tiene rasgos muy próximos al Fascismo italiano y que Franco, tras la Guerra Civil, lo tuvo como una inspiración a su dictadura, en particular en su primer decenio de mandato, imitando muchas de las políticas sociales del Fascismo italiano, tales como el Instituto Nacional de Industria, la protección social, el desarrollo del derecho laboral, y la política de vivienda social entre otras.
Por su carácter genocida, el Marxismo lo fue, por un lado, contra todos los propietarios de medios de producción industriales o agrarios, y por otro contra todo lo religioso, persiguiendo con saña a sacerdotes, monjes, miembros de clero y personas de ideología cristiana. El Nazismo fue genocida, en especial contra los judíos, pero también contra los gitanos y miembros de otras etnias consideradas inferiores. También lo fue contra los marxistas y contra los intelectuales liberales. El Fascismo no tuvo ese carácter genocida, si bien fue enemigo declarado de los marxistas y de los sindicatos obreros de izquierda.
En cuanto a su expansión por el mundo, el Marxismo es el que más lo ha realizado, llegando en los años setenta a ocupar un tercio de la superficie terrestre y a tener bajo su dominio a un tercio de la Humanidad. El Nazismo se expandió militarmente por Europa desde el año 1939 hasta su derrota total en 1945. El Fascismo se centró en Italia y además ocupó algunos territorios africanos y mediterráneos que perdió en la Segunda Guerra Mundial.
Por su pervivencia en la vida social, el peor ha sido el Marxismo que sigue vivo en regímenes como China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua y que amenaza con seguir expandiéndose por los países de Iberoamérica, África y Asia del Este. Además, sigue siendo aplaudido y está presente en círculos universitarios, culturales y medios de comunicación, muchos de los cuales aplauden la abolición de la cultura burguesa, aunque viven de ella y en ella, y a la que achacan ser producto del régimen capitalista. El Nazismo y el Fascismo desaparecieron, prácticamente, de la esfera política e intelectual tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
La conclusión final es obvia: el Marxismo ha sido, con mucho, la peor ideología política y social, la más criminal, para la Humanidad. No obstante, sigue existiendo y, lo que es peor, se la sigue respetando por su presunto valor como promotora de la justicia social y del análisis científico de la historia y de la vida social del ser humano. ¿Cómo sostener esta afirmación hoy en día? Sólo es atribuible a la ignorancia o la complicidad. Opino que fundamentalmente a lo primero. Por ello si se quiere avanzar hacia la construcción de la gran Familia Humana, hay que enfrentarse a la Mentira ideológica y política del Marxismo. No cabe contemporizar, ni permanecer pasivo ante él como si fuera cosa del pasado. Es, imprescindible, estratégicamente, denunciarlo con datos y argumentos para sacar de su error a tantos engañados y contribuir a crear sociedades y un mundo, económica y socialmente, en armonía.
LEA LA PARTE 1 DE >>> ¿Qué es peor el Marxismo, el Nazismo o el Fascismo? (1/2)