Tipología del silencio
Silencios valorativos: dan poder a la expresión y al lenguaje porque al no pronunciarnos estamos dando lugar a que los demás piensen que queremos decir más de lo que en realidad queremos pronunciar. Es un silencio que implica valoración y prejuzga. El silencio nos deja pensar que la otra persona está haciendo una exposición negativa de las emociones.
Silencios administrativos: el silencio administrativo sirve para proteger a los ciudadanos ante los incumplimientos de las administraciones públicas en la resolución de sus procedimientos. Se utiliza cuando un procedimiento administrativo se ha iniciado por un particular o de oficio, y la Administración Pública no cumple con el periodo de tiempo de que dispone para tomar una decisión y resolver de manera adecuada ese procedimiento.
El que calla otorga. El silencio del sí o el no: cuando nos preguntan por algo y no queremos doblegarnos al sí o al no evidente, dejamos una pausa, un silencio que está determinando que estamos a favor o en contra. Si callamos otorgamos confianza al contrario y estamos mostrando cierta debilidad en no usar palabras, solo un gesto o una mirada de complicidad.
Silencio sin saber qué decir: el peor silencio es el que sobreviene cuando nos quedamos en blanco. Es terrorífico no saber qué decir en una conversación, comparecencia pública, conferencia o sesión formativa de un profesor. Es necesario practicar técnicas de improvisación para no quedarnos en blanco y salir adelante airosos de cualquier situación. La técnica del “folio en blanco”, con tres ideas básicas del tema a tratar, nos ayudará a saber siempre qué decir.
Silencio para buscar el énfasis de la siguiente frase: es el silencio estratégico como herramienta de comunicación eficaz. Si pronuncio una frase, dejo un silencio y sigo con fuerza, he creado el escenario perfecto para persuadir y captar la atención del interlocutor.
Silencios y lenguaje gestual. El mimo: el mejor complemento del silencio es el lenguaje no verbal de cuerpo, cabeza, rostro, manos y pies. Es el lenguaje del mimo que utilizamos cuando no nos quedan palabras y queremos reforzar nuestro lenguaje. La imagen que trasmitimos y los gestos que hacemos dicen mucho de nuestra personalidad y son muy difíciles de disimular, son espontáneos y estratégicos. Una mirada, una postura y un movimiento de manos con papel crucial de la expresión, son determinantes para reforzar el silencio.
Julio García Gómez, es analista de comunicación de personajes de actualidad y docente de habilidades de comunicación verbal y gestual de la Fundación Economía y Salud y Fundación Casaverde. Diversos personajes como los Reyes de España, los monarcas de Gran Bretaña, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y políticos españoles e internacionales como Donald Trump, forman parte del catálogo de figuras observadas y examinadas por el experto.