Tras cumplir 57 años nuestro monarca, es momento de analizar sus características de comunicación verbal y gestual, su capacidad de presentarse en público y de transmitir mensajes a la ciudadanía. El experto en comunicación de representantes de casas reales, Julio García, analiza la evolución en su forma de expresar y
propone un plan de comunicación y mejora de habilidades. Hay un rasgo común en los borbones, que destaca sobre otros, que es su tono de voz, limitado por la linealidad del timbre, sonidos con registros uniformes en escala media. Es en ese aspecto es donde sería necesario trabajar en Felipe VI diferentes registros de voz para dar más fortaleza a las frases que pronuncia a través de la respiración diafragmática.
Estos detalles de fonación, en el trabajo muscular para emitir sonidos, lo apreciamos en la princesa Leonor también, que aunque ha conseguido logros notables en su capacidad verbal, debería realizar también un esfuerzo especial por proyectar su voz que permanece en plano medio.
No obstante, destaca en nuestro monarca un aspecto singular en su capacidad de comunicación pública que es un punto fuerte notable: cercanía y sencillez para desenvolverse en diferentes escenarios públicos con políticos, representantes de altas instituciones y con los ciudadanos en general. Eso es algo innato en él, que refuerza las habilidades de conexión con las personas con las que comparte situaciones diversas.
Nuestro rey es prudente en el manejo de gestos y lenguaje no verbal. Mide mucho el movimiento de cabeza y manos en cada comparecencia pública, especialmente en los mensajes de Navidad, donde muestra una presencia rígida y formal que debería evolucionar hacia una imagen más natural.
Un plan de comunicación en habilidades de expresión para el rey Felipe VI
Desde la perspectiva de una estrategia de desarrollo en comunicación personal para nuestro monarca, apuntamos los siguientes aspectos de mejora:
- Forzar el ritmo de la expresión verbal, que resulta lento en ocasiones.Es necesario propiciar más rapidez en la configuración de palabras y frases.
- Proyectar la voz desde el diafragma para evitar que a veces suene suave, regular y conseguir obtener tonos medios y graves de mayor potencia.
- Procurar movimientos de rostro más dinámicos, evitar que sean mecánicos sus desplazamientos y la forma en que mueve sus manos.
- Sincronizar palabras y gestos para que la expresión muestre más fuerza y sea capaz de generar interés en el auditorio.
- Potenciar la capacidad de persuasión en sus alocuciones y discursos con palabras, frases y titulares estudiados no solo para ser leídos, sino con la credibilidad y el énfasis que sea capaz de desarrollar.
- Utilizar de manera estratégica el poder de su media sonrisa, que acompaña boca y ojos al unísono, y muestra lo mejor de su persona y la fortaleza de la sinceridad de su mirada.
Estos son aspectos a trabajar especialmente por los asesores de comunicación personal de Felipe VI, que desde la perspectiva de una experta como Letizia, pueden poner de relieve la transcendencia de saber manejar adecuadamente los mensajes, las palabras, el paralenguaje y la imagen que trasciende de la persona a los interlocutores.
Sin duda, ha habido en nuestro rey una evolución muy notable en la forma de presentarse en público. Algo evidente que se ha captado en situaciones adversas como las acontecidas por la dana y, de forma muy personal y directa, en los afectos hacia sus hijas en diversas ocasiones, junto a la complicidad de miradas y gestos mostrada con Letizia.