El decreto de emergencia firmado recientemente por Donald Trump ha desencadenado el temor a una nueva guerra comercial global con la imposición de aranceles a México, Canadá y China. Según Joan Esteve, Director de Inversiones de Gesinter, esta medida responde más a una estrategia de negociación que a una intención de entablar un conflicto comercial. “Trump no busca una guerra económica, sino presionarlos, como principal comprador de estos países, no solo en el ámbito comercial, sino también en cuestiones sociales para cumplir ciertas promesas políticas”, explica.
La problemática de EE.UU. con México y Canadá
Si bien los nuevos aranceles podrían tener un impacto significativo en las economías de México y Canadá, altamente dependientes del comercio con Estados Unidos, Joan Esteve destaca: “un arancel universal del 25% afectaría gravemente a estas economías, provocando incluso una recesión, por lo que se trata de una herramienta de presión para negociar otros temas, como el control de fronteras”. Esta teoría se confirmó cuando, pocas horas antes de la entrada en vigor de los aranceles, se alcanzaron acuerdos sobre inmigración ilegal y tráfico de drogas, especialmente con México, que reforzó sus medidas fronterizas.
China, un daño colateral
Por otro lado, respecto al caso de China, también incluida en este decreto, dado que, según dijo, se sabe que algunos componentes químicos utilizados en la fabricación de drogas provienen del gigante asiático. Sin embargo, esta potencia mundial no es fácil de presionar y ha respondido anunciando posibles represalias, como controles específicos de importación y restricciones en su mercado interno.
El Director de Inversiones de Gesinter concluye: “a pesar de las amenazas, es probable que los aranceles finales no sean tan elevados como los anunciados durante la campaña electoral. Una guerra de comercial no sería beneficioso para nadie, ni siquiera para la economía estadounidense, pero Trump usa esta estrategia para mejorar su posición tanto económica como política, aumentado el apoyo social’.
Europa, la siguiente en la lista
Trump también ha amenazado con medidas similares contra Europa y el Reino Unido, utilizando la compra de petróleo y gas americano como punto de negociación. Según Joan Esteve, el objetivo final del presidente estadounidense es consolidar su poder negociador y obtener mejores condiciones comerciales para su país, además de cumplir sus promesas electorales y reforzar su apoyo interno.
Ante este riesgo, la Unión Europea ya se ha mostrado a disposición de iniciar conversaciones para evitar la aplicación de nuevos aranceles por parte de la administración estadounidense.