Pero el colmo de los colmos es que ese Estado de Derecho que le lanza el mensaje al ciudadano de que no está dispuesto a hacer nada para devolverle su derecho fundamental a que su propiedad privada sea protegida, le lance en paralelo el mensaje de que, en tanto en cuanto su propiedad esté okupada, esté siendo robada, le perdonará algunos impuestillos de los que inexorablemente la gravan.
No es un escenario orwelliano ni fruto de un guionista para entretener con un ‘sketch’ más o menos sardónico. Los alcaldes del Partido Popular en Baleares han decidido “bonificar impuestos” a los propietarios “afectados” por la okupación. “¡Algo es algo!”, podría pensarse, cuando el gobierno de la Nación, tomado por socialistas y comunistas, es el responsable principal de un gravísimo problema que se ha extendido haciendo metástasis… pero un mínimo análisis de lo que significa tal medida invita precisamente a no resignarse o conformarse (¡menos a aplaudirla como aplauden las focas!); al contrario, invita a rebelarse.
A un Estado de Derecho que hace dejación completa de sus funciones, que con su inacción genera daños y perjuicios, todo tipo de estragos (económicos y morales) no a los afectados como se sostiene sino a las “víctimas” de la okupación (porque eso en realidad son), todo lo que se le ocurre es hacer, en algunos casos, una “rebajilla fiscal” sobre la propiedad de la que es incapaz de sacar, por el procedimiento debido, a un delincuente, a un malhechor.
Ese Estado de Derecho, día tras día, de manera constante e ininterrumpida, se inmola, se amputa a sí mismo en el ejercicio de sus más básicas y constitucionales funciones, precisamente de aquellas que lo justifican y lo legitiman. ¿Queda mucho para que llegue el día en que, frente a delincuentes y malhechores, las instituciones pongan pie en pared? ¿Será mucho pedir que a quienes se les okupa y se les roba, se les defienda de verdad, no con el gracioso ofrecimiento de ‘rebajas fiscales de baratillo’? ¿Despertará y reaccionará la casta política parasitaria?
Si (
No(
