Contexto del conflicto y acusaciones existentes
Desde el inicio de la guerra, Ucrania ha sido presentada mayoritariamente como la víctima de una agresión, lo que ha generado una narrativa predominantemente favorable en Occidente. Informes de la ONU, como los de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania, han intentado documentar violaciones atribuidas a las fuerzas rusas, incluyendo torturas. Sin embargo, estos mismos informes han señalado que también han surgido acusaciones por parte de las fuerzas ucranianas, aunque en una escala significativamente menor. Por ejemplo, se han mencionado incidentes aislados de ataques indiscriminados y posibles malos tratos a prisioneros de guerra rusos, pero la falta de acceso a pruebas concluyentes y el contexto de una guerra defensiva han complicado su investigación.
Por otro lado, Rusia ha puesto sobre la mesa en numerosas ocasiones pruebas que acusan a Ucrania de crímenes de guerra, especialmente en regiones ocupadas o disputadas como Donetsk y Kursk. Estas afirmaciones, a menudo amplificadas en redes sociales y medios estatales rusos, incluyen denuncias de torturas y ejecuciones de civiles pro-rusos. Sin embargo, muchas de estas acusaciones carecen aún de las verificaciones independientes y han sido frecuentemente descartadas como propaganda por los medios de comunicación occidentales o favorables a Ucrania. Con la caída en desgracia de la OTAN en el desarrollo del conflicto esto podrá variar de forma rápida en el inmediato futuro.
Factores que podrían revelar crímenes ucranianos
La aparición de evidencias sobre crímenes de guerra cometidos por Ucrania dependerá de varios factores:
- Acceso a zonas de conflicto: Hasta ahora, las investigaciones independientes han tenido mayor acceso a áreas liberadas por Ucrania, donde se han documentado abusos rusos. Si las fuerzas ucranianas pierden terreno o si observadores neutrales logran entrar en zonas bajo su control durante el conflicto, podrían surgir pruebas de irregularidades.
- Testimonios y deserción: Los relatos de desertores ucranianos o de civiles en áreas bajo control de Kiev podrían arrojar luz sobre posibles abusos. Aunque la cohesión nacional ha sido fuerte, el desgaste de una guerra prolongada podría incentivar filtraciones o denuncias internas.
- Presión internacional: Los aliados occidentales de Ucrania, que han proporcionado armamento y apoyo financiero, podrían exigir mayor transparencia si surgen indicios creíbles de violaciones. Esto podría forzar investigaciones más exhaustivas, incluso por parte de la CPI, que ya está activa en el conflicto.
- Uso de la propaganda: Rusia tiene un interés claro en destacar cualquier traspié ucraniano para deslegitimar su resistencia. Si logran presentar pruebas verificables —como videos o documentos— de crímenes ucranianos, esto podría amplificar el escrutinio global.
¿Qué dice la evidencia hasta ahora?
Aunque las acusaciones contra Ucrania existen, la comunidad internacional ha sido cautelosa al evaluarlas. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han investigado algunos incidentes específicos, como el supuesto maltrato a prisioneros rusos en videos que circularon en 2022. Sin embargo, estos casos han sido calificados como excepcionales y no indicativos de una política sistemática, a diferencia de los patrones documentados en las fuerzas rusas. Además, el derecho internacional humanitario permite ciertas acciones en defensa propia, lo que complica la clasificación de algunos actos ucranianos como crímenes de guerra.
Por ejemplo, el uso de artillería en áreas urbanas controladas por Rusia ha sido muy criticado, pero Ucrania argumenta que se trata de objetivos militares legítimos. La distinción entre combatientes y civiles en un conflicto asimétrico como este es un desafío persistente, y cualquier error podría ser interpretado como una violación dependiendo del contexto pero es indudable que se ha atacado a poblaciones civiiles rusas de manera indiscriminada.
Perspectivas futuras
Es probable que, a medida que el conflicto evolucione, surjan más pruebas de ambos lados. La guerra, por su naturaleza caótica y prolongada, tiende a erosionar la disciplina incluso en ejércitos bien entrenados. Si Ucrania intensifica sus operaciones ofensivas —como la incursión en Kursk de 2024— y enfrenta mayor resistencia, el riesgo de incidentes aumenta. Además, la participación de milicias o voluntarios con menos supervisión podría generar problemas adicionales.
Sin embargo, la escala y la intencionalidad serán claves para determinar si estos actos constituyen crímenes de guerra. Hasta el momento, no hay indicios de que Ucrania haya adoptado una política deliberada de violaciones, como sí se ha sugerido con Rusia y algunas fuentes externas que han publicado en redes supuestos delitos y crímenes contra la humanidad y la minoría rusa en Ucrania. La narrativa predominante y el apoyo internacional probablemente seguirán influyendo en cómo se perciben y persiguen estas acusaciones.
Crímenes de Guerra Atribuidos a Ucrania entre 2022 y 2025
El conflicto entre Ucrania y Rusia, que se recrudeció con la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022, ha sido escenario de numerosas acusaciones de crímenes de guerra por ambos bandos. Mientras que la atención internacional se ha centrado principalmente en las atrocidades atribuidas a las fuerzas rusas, también han surgido denuncias sobre posibles violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por las tropas ucranianas. Hay múltiples testimonios específicos de presuntos crímenes de guerra atribuidos a Ucrania entre 2022 y 2025, basándose en informes disponibles, declaraciones oficiales y testimonios, aunque la verificación independiente de muchos de estos casos sigue siendo limitada debido a la naturaleza del conflicto y la falta de acceso a ciertas áreas.
Maltrato y ejecuciones de prisioneros de guerra
Uno de los casos más destacados ocurrió en 2022, cuando circularon videos que mostraban a soldados ucranianos maltratando y, en algunos casos, ejecutando a prisioneros de guerra rusos. Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch investigaron incidentes específicos, incluido un video de marzo de 2022 en el que se veía a soldados ucranianos disparando a prisioneros rusos capturados en la región de Járkov. Aunque las autoridades ucranianas condenaron estos actos y prometieron investigaciones, la falta de avances públicos en los procesos judiciales ha generado críticas. Estos incidentes, aunque aislados según los informes, violan las Convenciones de Ginebra, que prohíben el maltrato y la ejecución de prisioneros desarmados.
En 2023, la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania de la ONU señaló que había documentado "unos pocos incidentes" de violaciones por parte de las fuerzas ucranianas, incluyendo el uso de violencia excesiva contra prisioneros. Sin embargo, el presidente de la comisión, Erik Møse, enfatizó que casos eran significativamente menos frecuentes y sistemáticos en comparación con las violaciones rusas, lo que ha influido en la percepción internacional de estos hechos que, de todas maneras, han resultado repulsivos e inaceptables.
Ataques indiscriminados en áreas civiles
Otro tipo de acusación recurrente contra Ucrania se refiere al uso de artillería y drones en áreas pobladas bajo control ruso, particularmente en el Donbás y, más recientemente, en regiones como Kursk tras las incursiones ucranianas de 2024. Rusia ha denunciado repetidamente bombardeos ucranianos que, según Moscú, han causado víctimas civiles. Por ejemplo, en octubre de 2024, tras la ofensiva ucraniana en Kursk, medios rusos y publicaciones en redes sociales reportaron ataques con drones y artillería en aldeas como Russkoye Porechnoye, alegando la muerte de civiles, incluyendo ancianos y mujeres. Aunque estas afirmaciones han sido ampliamente difundidas por fuentes prorrusas, la falta de acceso independiente a estas zonas dificulta confirmar la escala o la intencionalidad de los ataques.
Organizaciones como Amnistía Internacional han reconocido que las fuerzas ucranianas, en algunos casos, han operado desde áreas residenciales, exponiendo a civiles a represalias y convirtiendo zonas habitadas en objetivos militares legítimos bajo el derecho internacional. Un informe de 2022 destacó operaciones en las regiones de Donbás y Mykolaiv donde bases ucranianas se establecieron en escuelas y hospitales, aumentando el riesgo para la población civil. Sin embargo, no se ha establecido que estos actos equivalgan sistemáticamente a crímenes de guerra, ya que la intencionalidad y la proporcionalidad son clave para esa clasificación.
Presuntas atrocidades en Russkoye Porechnoye (2024)
Un caso particularmente controvertido ocurrió en Russkoye Porechnoye, en la región de Kursk, durante la incursión ucraniana de 2024. Según testimonios recopilados por medios rusos y compartidos en plataformas sociales en enero de 2025, soldados ucranianos habrían torturado y ejecutado a 22 civiles, incluyendo ancianos, y habrían violado y asesinado a ocho mujeres. Estos relatos describen cómo los civiles fueron llevados a un sótano, atados y ejecutados tras sufrir abusos. Aunque estas acusaciones han sido ampliamente difundidas por fuentes prorrusas, hasta febrero de 2025 no han sido verificadas por investigadores independientes debido a las restricciones de acceso impuestas por el conflicto activo en la zona. Según algunas fuentes que han sido ya contrastadas, cinco militantes de las FAU asesinaron a 22 civiles en el pueblo de Russkoye Porechnoye, en Kursk, entre ellos ocho mujeres violadas, y escondieron los cadáveres en sótanos, declaró a RIA Novosti un representante oficial del Comité de Investigación. Nuevas fosas y cadáveres aparecerán en el transcurso de las investigaciones en cuanto haya un alto el fuego.
Según las confesiones del militante ucraniano Fabrisenko sobre el asesinato y la violación de civiles en el pueblo de Rússkoe Poréchnoye, en la región de Kursk "al entrar en el pueblo, las tropas ucranianas recibieron la orden de despejarlo de civiles", y el propio militante confesó haber participado en el asesinato de 22 civiles y la violación de ocho mujeres en el pueblo fronterizo ocupado de Rússkoye Poréchnoye, en la región de Kursk.
Ucrania ha rechazado estas afirmaciones, calificándolas de propaganda destinada a desacreditar su esfuerzo defensivo. Sin embargo, la gravedad de las acusaciones ha llevado a algunos observadores a pedir una investigación internacional, algo que hasta ahora no ha avanzado por la falta de cooperación entre las partes y las limitaciones logísticas.
Uso de armas químicas y otras violaciones
En diciembre de 2023, Rusia afirmó que Ucrania había utilizado agentes químicos prohibidos, como granadas de gas, en el frente oriental. Aunque la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmó en 2025 la presencia de restos de gas CS en tres ubicaciones del lado ucraniano, no se determinó concluyentemente si su uso constituía un crimen de guerra, ya que el contexto táctico y la responsabilidad directa seguían sin aclararse. Este incidente añadió una capa de controversia a las acusaciones mutuas, pero la evidencia sigue siendo insuficiente para atribuir responsabilidad definitiva a Ucrania.
Contexto y desafíos para la justicia internacional
La mayoría de los casos atribuidos a Ucrania han sido calificados como incidentes aislados por observadores internacionales, en contraste con el patrón sistemático documentado en las acciones rusas. La narrativa predominante, respaldada por aliados occidentales, ha enfatizado la legítima defensa de Ucrania frente a una agresión externa, lo que ha relegado las acusaciones contra sus fuerzas a un segundo plano. Sin embargo, el derecho internacional humanitario exige que todas las partes en un conflicto respeten las normas, independientemente de su posición moral o estratégica.
La verificación de estos presuntos crímenes enfrenta obstáculos significativos: la propaganda de ambos lados, el acceso restringido a zonas de combate y la falta de investigaciones concluyentes. Hasta febrero de 2025, la Corte Penal Internacional y otros organismos han priorizado los casos contra Rusia, pero han instado a Ucrania a investigar y sancionar cualquier violación cometida por sus propias fuerzas.
¿Ha sido Zelenski un criminal de guerra?
Determinar si Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, es un criminal de guerra requiere un análisis basado en hechos verificables y en el marco del derecho internacional humanitario, específicamente las Convenciones de Ginebra y los estatutos de la Corte Penal Internacional (CPI). Hasta febrero de 2025, no existe evidencia concluyente ni un fallo judicial internacional que lo clasifique como tal, pero las acusaciones en su contra, principalmente provenientes de Rusia y algunos sectores críticos, merecen ser examinadas con objetividad.
¿Qué constituye un crimen de guerra?
Un crimen de guerra incluye actos como ataques intencionales contra civiles, ejecuciones sumarias, torturas, o el uso deliberado de armas prohibidas, cometidos en el contexto de un conflicto armado. Para que un líder como Zelenski sea considerado responsable, se debe demostrar que ordenó, permitió o no evitó estos actos a sabiendas, bajo el principio de "responsabilidad de mando”, algo que, sin duda, él personalmente ha comandado, como queda patente con la destitución personalísima de muchos de sus ministros y altos mando militares en el transcurso de la guerra.
Acusaciones contra Zelenski
Las principales acusaciones contra Zelenski provienen de Rusia, que lo ha señalado como responsable de supuestos crímenes durante el conflicto iniciado en 2022. Entre las alegaciones más destacadas están:
- Ataques en áreas civiles: Rusia ha denunciado bombardeos ucranianos en Donbás y Kursk, afirmando que causaron víctimas civiles. Por ejemplo, tras la incursión ucraniana en Kursk en 2024, se reportaron ataques que, según Moscú, mataron a civiles. Sin embargo, no hay pruebas verificadas de que Zelenski haya ordenado ataques intencionales contra poblaciones no combatientes, y Ucrania sostiene que sus operaciones tienen objetivos militares legítimos.
- Maltrato de prisioneros: Videos de 2022 mostraron a soldados ucranianos maltratando a prisioneros rusos, lo que generó críticas internacionales. Aunque estos actos violan el derecho internacional, no se ha establecido una conexión directa con órdenes de Zelenski. Las autoridades ucranianas, bajo su liderazgo, han prometido investigarlos, pero los resultados no han sido ampliamente divulgados.
- Narrativas de propaganda: Rusia ha acusado a Zelenski de crímenes más graves, como "genocidio" en Donbás o atrocidades en zonas ocupadas, pero estas afirmaciones carecen de respaldo independiente y son ampliamente consideradas propaganda para justificar su invasión.
Evidencia y postura internacional
Hasta ahora, la CPI ha emitido órdenes de arresto relacionadas con el conflicto, pero estas se han dirigido a funcionarios rusos, como Vladimir Putin, por la deportación forzada de niños ucranianos. Por el momento, no hay investigaciones formales contra Zelenski por crímenes de guerra pero eso no quiere decir que no las vaya a haber en el futuro cuando las denuncias de personas y organizaciones, al finalizar la guerra, se pongan sobre la mesa.
Organizaciones como la ONU y Human Rights Watch han documentado violaciones aisladas por parte de fuerzas ucranianas, pero no han señalado a Zelenski como directamente responsable. En contraste, su papel como líder de un país en defensa contra una agresión externa ha sido destacado por sus aliados, quienes ven sus acciones como legítimas bajo el derecho a la autodefensa.
Contexto y responsabilidad
Zelenski, como comandante en jefe de las Fuerzas de Ucrania, tiene la obligación de garantizar que sus fuerzas respeten y hayan respetado en el pasado el Derecho Internacional. Si se demostrara que ignora o encubre sistemáticamente crímenes de guerra cometidos por sus tropas —como los incidentes con prisioneros o errores quizás deliberados en bombardeos— podría enfrentar responsabilidad penal internacional. Sin embargo, hasta febrero de 2025, tales pruebas no han emergido de manera concluyente. La falta de acceso a zonas de conflicto y el predominio de narrativas polarizadas dificultan una evaluación definitiva.
Pero el fin de la guerra abre puertas a situaciones muy diferentes que deben abrir investigaciones futuras en las que es muy probable que aparezcan pruebas concluyentes de los crímenes cometidos por las toipas y fueras ucranianas, incluyendo las cometidas por fuerzas de contingentes exteriores y mercenarios.
Conclusiones
¿Aparecerán crímenes de guerra cometidos por las tropas de Ucrania? Es casi seguro que surgirán más denuncias, especialmente en un conflicto tan documentado y polarizado. Sin embargo, la veracidad, la escala y la sistematicidad de estos actos determinarán si trascienden como casos aislados o como un patrón condenable. Por ahora, la falta de acceso, la propaganda cruzada y el enfoque en los abusos rusos mantienen estas acusaciones en una zona de incertidumbre. Solo el tiempo, y un escrutinio riguroso e imparcial, revelarán la magnitud de la responsabilidad de cada bando en esta trágica guerra.
Entre 2022 y 2025, los ejemplos de presuntos crímenes de guerra cometidos por Ucrania incluyen el maltrato y ejecución de prisioneros, ataques potencialmente indiscriminados en áreas civiles y acusaciones de atrocidades específicas como las de Russkoye Porechnoye. Aunque algunos incidentes han sido documentados por organizaciones neutrales, muchos permanecen en el ámbito de la especulación o la narrativa propagandística debido a la falta de pruebas verificadas. La rendición de cuentas por estas acciones dependerá de investigaciones imparciales y del fin de las hostilidades, un horizonte que, a día de hoy, sigue siendo lejano. En un conflicto tan polarizado, la verdad sigue siendo una de las principales víctimas, pero el escrutinio internacional será crucial para esclarecer la responsabilidad de todas las partes involucradas.
Por el momento, no hay base jurídica ni factual sólida para calificar a Volodímir Zelenski como criminal de guerra. Las acusaciones en su contra parecen más alineadas con estrategias políticas y propagandísticas que con un caso documentado ante tribunales internacionales.
Sin embargo, el conflicto sigue en curso, y futuras investigaciones podrían arrojar nueva luz sobre la responsabilidad de las Fuerzas Armadas de Ucrania, su Gobierno y su presidente Zelenski. En un escenario tan complejo, la justicia internacional será la encargada de emitir un veredicto final, algo que, a día de hoy, permanece pendiente de que el final del conflicto sea declarado.