Los datos muestran que la reserva alberga anualmente a casi 100.000 aves migratorias. "El reto reside en conciliar la protección ecológica con la expansión urbana", afirmó Zhou. La red integrada de monitoreo aéreo, terrestre y espacial de su equipo combina el seguimiento de aves en tiempo real mediante cámaras HD, el mapeo migratorio con marcadores satelitales y el análisis del ciclo del carbono basado en IA, creando un modelo científico para la restauración de manglares.
El éxito en la conservación se extiende más allá de los laboratorios. A través de talleres escolares con observaciones microscópicas de propágulos de manglares y exhibiciones de especímenes biológicos, los alumnos han conectado con la naturaleza. "El brillo en los ojos de los niños al descubrir los secretos de los manglares valida nuestra misión", comentó Zhou.
Reconocido como un caso de buenas prácticas en la Conferencia de Educación sobre la Naturaleza de China, el modelo de restauración de humedales de Shenzhen ofrece soluciones para ciudades costeras de todo el mundo. El próspero ecosistema de la reserva, ubicado en una de las zonas urbanas más desarrolladas de China, ejemplifica cómo la innovación tecnológica y el compromiso ecológico pueden crear megaciudades habitables y sostenibles donde las junglas de asfalto y las maravillas naturales coexisten en armonía.