De los papas guerreros…
Lejos quedan los tiempos y ardores bélicos de los pontífices que necesitaban financiar las Cruzadas y ron coger las armas para defender el territorio cristiano. El ejemplo más palpable es el de Julio II, renovador de la Capilla Sixtina del insigne Miguel Ángel y acérrimo enemigo de su predecesor, Alejandro VI, el controvertido papa español nacido Rodrigo Borja e italianizado como Borgia, que protagonizó la elección más breve de la historia, de tan solo unas horas de duración. En 1503, Giulio della Rovere obtuvo 35 de los 38 votos posibles, incluidos los de los 11 cardenales españoles y consiguió crear 27 nuevos cardenalatos en sus diez años de pontificado, cuatro de ellos destinados a sus propios familiares. En contraste, fue Gregorio X el Papa que más tardó en ser elegido con tres años de discrepancias y deliberación en 1274.
…al engaño pacifista masivo de Sánchez
Mayor ardor guerrero y engaño masivo, disfrazado de trilerismo, practica hoy Pedro Sánchez para camuflar los 40 contratos y 15 millones de balas, picos y azadones del rearme que le exigen sus socios de la OTAN y el propio Donald Trump para llegar apenas al 2% del PIB del gasto militar. En lugar de fabricar misiles balísticos con los que defender el suelo patrio, construir submarinos y carros de combate de nueva generación, invertir en cazabombarderos propios e incluso diseñar una red de defensa estelar para de defensa del territorio, el presidente del Gobierno se dedica a comprar la munición de la discordia que tanto irrita a sus socios, precisamente al país más ‘sanguinario’ tras la Rusia de Putin, Israel. Su pomposo Plan de Defensa tiene previsto movilizar 10.471 millones, de los que casi 700 servirán para subir sueldos y fichar nuevos militares, con cargo a los Presupuestos del Estado prorrogados desde 2023 y sin pasar por el Parlamento.
Órdago armamentista y nuclear de Feijóo
El líder de la oposición exige que Sánchez envíe al Congreso su plan, al tiempo que pide a los ministros discrepantes de Sumar irse del Gobierno. Feijóo cree sin la aprobación del Parlamento, el gasto en defensa es una "cacicada antidemocrática", una "burla" a los españoles y su propio plan de “supervivencia". A su juicio, "no tiene cobertura legal", es de dudosa financiación con Fondos Next Generation de la UE y supone incumplir el artículo 4 de la Ley de Defensa Nacional que exige la supervisión de las Cortes.
A su vez, el presidente del PP condiciona su apoyo al Decreto con el que el Gobierno trata de neutralizar el impacto de aranceles impuesto por Trump, a la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares. Su iniciativa para evitar el cierre de Almaraz cuenta, a priori, con el apoyo de algunos de los socios del gobierno. El PP redobla la batalla para alargar la vida útil de las centrales con una Proposición de ley que pretende garantizar la supervivencia del parque nuclear, más allá del calendario de cierre impuesto por Sánchez en 2019 a la empresa pública responsable del desmantelamiento, Enresa, y a las propietarias de las centrales, Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP.
Revertir el apagón nuclear
Para ello, exige eliminar el cese de actividad de las centrales que, si nada lo impide, arrancaría en 2027 y finalizaría en 2035. En caso de salir adelante, la iniciativa sería vinculante, a diferencia de otra Proposición no de ley aprobada ya con el voto de PP, Vox y UPN, y la abstención de Junts y ERC. Los populares podrían frustrar el apagón nuclear en España, tras el reconocimiento del Parlamento Europeo a este tipo de energía como verde, además de ser “alternativa a los combustibles fósiles”. La energía nuclear representa hoy el 22,8% de la electricidad generada en el continente. El PP exige un nuevo Plan de Gestión de Residuos Radiactivos en un plazo de tres meses desde su entrada en vigor, aunque aparca la bajada de impuestos que piden Iberdrola y Endesa como exigencia para reducir la fiscalidad de la energía nuclear.
La “energía verde” continúa perdiendo peso en Europa, con una dependencia de la nuclear, que cada vez genera menos electricidad. Italia y Alemania cerraron sus propias centrales nucleares, que el futuro canciller pretende frenar, mientras que España y Bélgica lo harán pronto. Francia, Finlandia y Polonia la defienden para reducir emisiones y como garantía de un suministro energético que el Comisario Europeo del Clima, Wopke Hoekstra, considera esencial para alcanzar los objetivos climáticos. Más de la mitad de la electricidad nuclear de la UE se produce en un solo país, Francia, con 59 reactores. Otras 66 centrales operan en cinco países extra comunitarios: Reino Unido, Bielorrusia, Rusia, Ucrania y Suiza representan algo más del 30 % de la electricidad.