Esta semana, la Unión Europea ha dado, como ya esperábamos, dos años más a España para reducir el déficit público, después de rendirse a la evidencia de que los sacrificios hechos durante estos 5 años sólo han servido para profundizar la recesión y crear el país con más paro de Europa. El Gobierno ha tenido que revisar (¡oh, sorpresa!) las previsiones de crecimiento económico para 2013 y ahora prevé una caída del -1,3% del PIB (o sea, que ha tenido que dar la razón a muchos economistas que ya decíamos que este sería un año negro). Por si fuera poco, el paro registrado ya supera los 6 millones y la sangría de empleos continúa cada día que pasa.
Pero la flexibilización del déficit no resolverá gran cosa. Empiezan a reaccionar porque Alemania ha visto que la recesión ya llama a su puerta pero si no se llevan a cabo políticas monetarias no convencionales por parte del BCE no saldremos de la crisis: tendremos que perder 5 años más para que se convenzan los señores burócratas y políticos europeos? Esta vez no tenemos 5 años de margen: insisto en que las perspectivas para la economía alemana y francesa son cada vez peores, como lo demuestra el índice IFO de abril publicado esta semana en Alemania, que confirma el dato negativo del ZEW de la semana pasada y que indica un nuevo deterioro de las perspectivas de crecimiento alemanas.
En cambio, Estados Unidos confirma que, a pesar del lastre que les supone una Europa estancada, siguen teniendo un moderado crecimiento y una progresiva reducción del desempleo: el PIB del primer trimestre de 2013, publicado esta semana, mostró un crecimiento del +2,5% interanual, una cifra que ya quisiéramos aquí.
En cuanto a los mercados, el forzado cambio de chip que está haciendo lentamente Europa parece ser bastante bien recibido, como demuestra la reducción de la prima de riesgo española esta semana y la positiva evolución de las bolsas. El Ibex 35 ha remontado con fuerza hasta alcanzar los 8.412 puntos y ha cerrado la semana en los 8.297 puntos.
El Eurostoxx 50 también ha experimentado un fuerte rebote alcista hasta los 2.712 puntos y ha cerrado la semana en los 2.683 puntos. En cuanto al S&P 500 también ha subido y vuelve a estar en máximos anuales: se han tocado los 1.592 puntos y se ha cerrado sólo 10 puntos por debajo, muy cerca de la importante resistencia de los 1.600 puntos que podría ser atacada en cualquier momento.
A pesar de las subidas de esta semana y a la vista de las falsas señales técnicas obtenidas en las últimas semanas, creo que hay que mantener la prudencia. El Ibex 35 evoluciona desde finales de enero en un canal lateral y ligeramente bajista y los índices americanos no acaban de dejar atrás los máximos históricos. Es muy probable que esto termine sucediendo pero, hasta que no sea el caso y de cara a la semana que viene, continuaremos en una posición de neutralidad.
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