(Madrid, Luis Ximénez).- El pasado 13 de enero, el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, inició una semana pública especialmente activa. En la propia sede ministerial recibió al doctor Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), para confirmar que España sigue siendo el país líder mundial en donaciones y trasplantes de órganos y tejidos. Con 4.360 pacientes trasplantados hasta 2014, el sistema sanitario ya cuenta con 36 donantes por millón de habitantes, en órganos sólidos, y está cumpliendo también todos sus objetivos dentro el Plan Nacional de Médula Ósea con la inscripción de 33.506 nuevos donantes el año pasado. En la misma semana, Alonso acudió por primera vez al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), a la Comisión de Sanidad del Congreso y al Consejo de Ministros, además de informar sobre los éxitos obtenidos en España sobre trasplantes.
Para el ministro Alonso, estas cifras son un reflejo de la generosidad de los ciudadanos al donar sus órganos y los de sus familiares, expresando igualmente la fortaleza de un sistema sanitario que sabe ser líder en un tema tan importante como el de los trasplantes, en un entorno territorial no siempre fácil. A esto añadió el doctor Matesanz, que el sistema español de trasplantes sirve a la cohesión de todo el sistema sanitario nacional porque el 21,2% de los órganos trasplantados, 1 de cada 5, tiene su destino en un Comunidad distinta a la autonomía del donante. Junto a esto, el director de la ONT puso algunos ejemplos económicos de trasplantes. Por ejemplo, explicó que un trasplante de hígado suele costar en las intervenciones necesarias entre 70.000 y 90.000 euros, oscilando entre los 110.000 y los 130.000 euros los costes asociados a los cuidados y tratamientos que conlleva el primer año posterior a dicho trasplante.
La jornada siguiente, 14 de enero, fue dedicada en su integridad al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), concilio en el que Ministerio y Comunidades Autónomas se reúnen varias veces al año para debatir y alcanzar acuerdos en materia de Sanidad, competencia actualmente en posesión de las CC.AA. Uno de los temas que más tiempo ocupó debatir en el último pleno a los consejeros de sanidad de las autonomías y al ministro fue la cuestión de la Hepatitis C. Asturias y Andalucía habían propuesto previamente la creación de un fondo específico para la financiación de todos los tratamientos que sean necesarios, a lo que Alonso repuso ser contrario a los fondos especiales, por principio, y sin tener todavía claro un registro de pacientes con VHC.
Por otro lado, y durante la presentación de las conclusiones del pleno del consejo, el secretario general de Sanidad y Consumo, Rubén Moreno, declaró que los precios de los nuevos tratamientos contra esta patología se están negociando en la actualidad, precisando que el coste de un tratamiento genérico con Sovaldi, con administración oral durante 12 semanas, se cifra actualmente en los 43.000 euros por paciente. Este coste para un tratamiento farmacológico, tal elevado, no puede ser sinónimo inmediato de ahorro en trasplantes, si se recuerdan las palabras pronunciadas el día anterior por el director de la ONT. Efectivamente, un trasplante es mucho más caro que cualquier terapia, pero lo cierto es que un trasplante por Hepatitis C evitado por uno o varios fármacos, es sustituido por otro trasplante debido a otra causa, dado que siempre hay lista de espera de pacientes esperando un órgano.
En el plano autonómico, tanto Andalucía como Asturias aceptaron la postergación de la creación de un fondo específico para la financiación de los tratamientos de la hepatitis C, tal como fue decidido durante el pleno del CISNS. Sin embargo, y por otro frente, existió una divergencia entre lo que dijo el consejero de sanidad catalán, Boi Ruiz, a la salida del consejo y el titular estatal de Sanidad. Mientras aquel aseguró salir satisfecho porque se había acordado convocar en un plazo relativamente próximo una sesión monográfica del CISNS sobre la sostenibilidad de los sistemas sanitarios autonómicos, este extremo fue cordialmente desmentido por el ministro. Desde hace tiempo, las comunidades autónomas, de uno y otro signo político, vienen reclamando nuevos cauces de financiación para sufragar unos gastos sanitarios que crecen progresivamente a tenor del envejecimiento de la población.
Alonso compareció a su primera Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, asegurando que volverá a asistir al Parlamento siempre que sea reclamada su presencia. Su llegada fue saludada por todos los portavoces de los grupos parlamentarios, instándole a borrar el recuerdo de la ex ministra de Sanidad, Ana Mato. A continuación, Alonso y el portavoz del PSOE, José Martínez Olmos, discreparon sobre si es cierto que la etapa de Gobierno de Zapatero dejara 16.000 millones de euros de deuda en Sanidad, o no. A esto añadió Martínez Olmos que el presupuesto que existía para sanidad en la anterior etapa era de 65.000 millones, habiéndose reducido hasta los 53.000 millones, tras la crisis y los recortes, con una reducción hasta el momento del -22%. Junto a estos grandes números, el diputado de Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, expresó su escepticismo acerca de las posibilidades reales que tiene el Gobierno actual de poder financiar a las 500.000 personas del Grupo 1 de Dependencia que tendrán derecho a prestación a partir del 1 de junio de 2015.