Aunque solo sea como hecho anecdótico, contaré que en el año 1936, el reconocido escritor y político venezolano, Arturo Uslar Pietri ( 1906-2001), publicó un artículo que impactó mucho entre los ciudadanos de aquel país, dicho articulo llevaba por titulo “Sembrar el petroleo”, Uslar Pietri exponía de manera brillante la formula magistral para concentrar los esfuerzos de política económica en alejar a Venezuela de su creciente dependencia del petroleo. Había que salir de ese esquema , para ello solicitó a los políticos y técnicos que buscaran nuevas fuentes de ingresos para el país, invertir las rentas del petróleo en la agricultura y en la ganadería evitando así una economía de monocultivo. Deduzco de este análisis que nuestros políticos podrían haber hecho algo parecido, haber invertido las rentas inmobiliarias y de los bajos tipos de interés en construir un modelo productivo basado en la exportación de bienes y servicios, complementados con incentivos a la innovación. Lo de sembrar el petróleo lo traigo a colación también por las declaraciones que realizó el representante de Izquierda Unida, Cayo Lara. Minutos después del anuncio de las medidas económicas, recortes y subida de impuestos, el insigne parlamentario pronunció una frase lapidaria, “el gobierno con estas medidas está sembrando las calles de gasolina”. Y yo digo que confiemos en que impere la cordura y el sentido común.
Sí es interesante, por el contrario, tratar de encontrar una exitosa simbiosis entre el recientemente descubierto Bosón de Anderson-Higgs junto con la interacción del multiplicador –acelerador de la inversión, estudiado y actualizado por el Premio Nobel Paul Samuelson, de este modo con el esfuerzo de todos los científicos se podría conseguir una potente aceleración de la economía española, esparciendo los millones de partículas en el centro de la economía española. El efecto acelerador de la inversión tiene un mayor impacto cuando la economía se está alejando del pleno empleo o cuando está por debajo de este nivel de producción. Sería un acierto esperar que de un choque de protones acelerados a través del multiplicador de la inversión, se produjera tal efecto de recuperación en nuestra débil economía, que nos permitiera prescindir del recurso al BCE. Pura ciencia-ficción.
Volvemos a la cruda realidad y de la mano de Samuelson, me parece cuanto menos, ilustrativo comentar su opinión sobre el ciclo político y la economía. Nos dice el Premio Nobel que la política económica puede estimular la economía, que a los electores les gusta la prosperidad, por ello la tendencia es dar sus votos a los políticos que les satisfacen. Deduce este economista que los gobiernos tienden a crear “un ciclo económico siguiendo los años electorales”. A continuación les explico la secuencia completa, la verdad es que no tiene desperdicio. Primero, entre los seis y doce meses antes de las elecciones estimúlese la economía. Reduzcase la tasa de impuestos. Aumentar los gastos discrecionales. Presiónese al Banco de España (ahora BCE) para que baje los tipos de interés.
En segundo lugar y termino. Después de ganar las elecciones de esta forma dedíquense uno o dos años inmediatamente después de las elecciones a iniciar medidas contractivas impopulares relacionadas con el consumo, la inversión y el gasto publico. Hagamos pronto la recesión para que cuando lleguen las próximas elecciones esta haya sido olvidada. ¿Les suena algo esta secuencia de actuaciones? Ahora toca reflexionar para el futuro.
Leo que, no solamente arden los bosques españoles todos los veranos; también han sido pasto de las llamas los estudios cinematográficos de Cinecittá en Roma. La segunda casa del genial Federico Fellini y Giulietta Masina, su esposa y excelente actriz y donde se rodaron la inmensa mayoría de sus películas. Estoy convencido que habrá servido para producir una catarsis colectiva, presiento que hemos liberado y purificado todas nuestras pasiones, sobre todo las del propio Fellini.
- Vicente Vera Esteve es economista y escritor
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