CFDs, WARRANTS, FUTUROS Y OPCIONES
CFDs vs. otras herramientas
· Con los CFDs, el inversor puede “ir a largo, es decir comprar y cerrar la posición más adelante con la venta, o bien, pueden “ir a corto”, vendiendo y cerrando la posición más adelante mediante la compra
jueves 19 de noviembre de 2015, 09:36h
(Por Gal Haber, CEO y cofundador de Plus500).- Vivimos en unos tiempos muy activos e inquietantes. Esto es cierto en muchos aspectos y especialmente en el mundo de la inversión privada. En los últimos años, han ido apareciendo nuevas herramientas financieras, no sólo para los inversores institucionales, sino también plataformas que ponen estas herramientas a disposición del público general. Actualmente los inversores privados tienen una amplia gama de herramientas financieras entre las que elegir. En ocasiones, no es fácil saber cuáles son las más adecuadas para nuestro perfil o conocimientos, por ello vamos a echar un vistazo más de cerca a las herramientas más importantes y cómo se diferencian entre ellas, hablamos de los Contratos por Diferencia (CFDs), opciones a futuro, opciones y warrants.
Los CFDs fueron desarrollados para permitir a los usuarios disfrutar de todos los beneficios de comprar o vender una acción, índice, ETF, divisas o materias primas, sin tener que adquirir físicamente el propio instrumento subyacente. Un cliente adquiere un contrato por un CFD al precio cotizado. La diferencia entre ese precio y el precio cuando la posición se cierra es liquidada en efectivo, dando lugar al nombre "Contrato por Diferencia". Básicamente, un CFD es un contrato entre dos partes, en la que el vendedor pagará al comprador la diferencia entre el valor actual de un activo y su valor en el momento del contrato. Los CFDs permiten a los traders obtener beneficios tanto cuando los precios cuando suben o como bajan.
Con los CFDs, el inversor puede “ir a largo, es decir comprar y cerrar la posición más adelante con la venta. O bien, pueden “ir a corto”, vendiendo y cerrando la posición más adelante mediante la compra. Con la venta a un precio mayor/menor que el precio de compra se obtiene una ganancia/pérdida en consecuencia.
Pongamos un ejemplo, los CFDs funcionan así: en lugar de adquirir 1.000 acciones de Microsoft, un trader podría comprar 1.000 CFDs de Microsoft en una plataforma de comercio de CFDs. Con lo que una caída de 5$ en el precio acción de Microsoft produciría al tarder de CFDs una pérdida de 5.000$, del mismo modo, un aumento de precio de 5$ por acción de Microsoft aportaría al cliente de CFD una ganancia de 5.000$, al igual que si hubiera comprado las acciones reales que se negocian en la Bolsa.
Con los CFDs, se eliminan muchas de las ineficiencias del trading subyacentes en la. Los costes y los retrasos en la entrega física de las acciones, su registro y cualquier cargo por tenencia o custodia segura a cargo de un broker se pueden evitar. La otra ventaja importante de los CFDs es que los clientes pueden operar usando apalancamiento. El trading con CFDs significa que los clientes pueden operar sobre un portfolio de acciones, índices o commodities sin tener que invertir grandes cantidades de capital. Utilizando el ejemplo anterior, un cliente que compra acciones por valor de 50.000$, sólo requiere una inversión inicial de 5.000$ para una cartera equivalente de CFD.
Además, con los CFDs los clientes pueden “ir a corto”, algo que habitualmente solo pueden hacer los inversores institucionales. Además pueden acceder a una amplia gama de mercados financieros en todo el mundo.
Futuros
Al igual que en los CFDs, los "contratos a futuro" también son contratos entre dos partes. El contrato es para comprar o vender un activo a un precio acordado específicamente en una fecha específica en el futuro. Debido a que se opera con un activo subyacente, como los CFD, los contratos a futuro son considerados como productos derivados. De la misma manrea que con los CFDs, el comprador del contrato se dice que “va a largo”, mientras la parte vendedora del contrato va "a corto".
El uso original de los contratos a futuro era para mitigar el riesgo de movimientos de precios o de los tipos de cambio, al permitir que las partes fijen los precios o tarifas por adelantado para futuras transacciones. Sin embargo los contratos a futuro ofrecen también oportunidades para un inversor que predice que el precio de un activo se moverá en una dirección determinada, y más tarde cierra un contrato para comprarlo o venderlo en el futuro a un precio determinado. Si sus predicciones son correctas, esto le producirá beneficios.
En realidad esto suena muy similar a los CFDs. No obstante, ¿Cuáles son las principales diferencias? Las dos principales diferencias son los costes y las fechas de caducidad. La fecha de caducidad se aplica a los futuros debido a que el contrato incorpora la fecha en que el activo tiene que ser entregado al precio acordado en los términos del contrato. Un CFD por el contrario, no tiene precio futuro fijado y no hay una fecha futura predeterminada para el vencimiento. Los traders cierran un contrato para simplemente pagar o recibir la diferencia resultante del precio desde se adquieren los bienes subyacentes, y el precio final en el momento en el que el contrato se liquida. La segunda diferencia importante se refiere a los costes. Como los futuros se negocian habitualmente en grandes intercambios y por lo general el tamaño de los contratos son muy superiores a los CFDs. Respecto a esto, los CFDs son mucho más flexibles. Su flexibilidad también se extiende al hecho de que es posible adquirir CFDs en prácticamente todos los mercados, incluyendo índices, acciones, commodities, divisas, y mucho más.
Opciones
Las opciones son también una forma de contrato, como los CFDs y los futuros. Una opción es un contrato que da al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio determinado antes o en una fecha determinada. El vendedor tiene la correspondiente obligación de cumplir la operación – ya sea vender o comprar – del "ejercicio" del comprador. Por esta razón, el comprador paga una prima al vendedor. El acuerdo de compra o venta difiere de los CFDs y los futuros. Una opción que le da al propietario el derecho a comprar algo se llama un "call", y el derecho al propietario de vender algo que se llama un "put".
Similares a los CFDs y diferentes de los futuros, las opciones son más fáciles de conseguir ya que no necesitan una gran cuenta para empezar. Al igual que en los CFDs y futuros, las opciones permiten al inversor controlar un volumen mayor de valores financieros de los que podría adquirir si tuviera que comprarlos directamente, por lo que da un mayor aprovechamiento al inversor. Las tres herramientas tienen en común que permiten obtener beneficios tanto cuando los activos suben como cuando bajan.
La principal diferencia para un inversor particular es que para las opciones paga una prima, ya sea para una compra o una venta, y si las oscilaciones de precios van en su dirección, puede obtener una buena ganancia. Si el precio sigue siendo el mismo, la opción expira sin valor y pierde su prima. Si el precio va en la dirección equivocada, también perderá su prima.
En general, mi opinión es que los CFDs son más fáciles de entender. Su valor está directamente relacionado con el de las acciones subyacentes, y la ganancia o pérdida en relación directa a su movimiento de precios. Un gran problema de las opciones es el mismo que con los futuros: las fechas de caducidad. Mientras que un CFD dura el tiempo que sea necesario, sin fecha de caducidad, las opciones llevan incorporadas fechas de vencimiento, y si el movimiento esperado en el precio del subyacente no se produce antes del vencimiento, lo que podría haber sido un buen negocio da lugar a la opción resulte inútil por vencer antes de tiempo.
Warrants
Las Warrants son un tipo de orden que ha sido emitida sin un bono o una equidad de acompañamiento. Al igual que las otras herramientas financieras explicadas anteriormente, un warrant es una apuesta de futuro. Permite al titular comprar o vender una cantidad específica de activos, desde un emisor, a un precio determinado en una fecha predeterminada. Las warrants son instrumentos apalancados, lo que significa que permiten convertir un pequeño movimiento de los precios del activo subyacente en un importante retorno. A diferencia de otros instrumentos derivados, en los que las pérdidas son potencialmente ilimitadas, con un warrants lo máximo que puedes perder es la inversión inicial. Al igual que las opciones o los CFDs, los warrants pueden ser de diversos activos subyacentes que van de los principales índices, acciones, materias primas o divisas.
Al igual que en otras herramientas, las warrants muestran algunas dificultades. Por una parte, su complejidad. Un segundo problema son las fechas de caducidad, aunque estas opciones son a largo plazo y no a corto en la mayoría de los casos. Por otra parte, los CFDs suelen tener menores costes por períodos cortos y tienen una gama mucho más amplia de productos subyacentes.
¿Qué hacer?
¿Cuál de las herramientas es la más adecuada para un inversor minorista? La respuesta a esta pregunta depende, por supuesto, de qué tipo de inversor seas. Sin embargo, estoy convencido que para la mayoría de los inversores privados, los CFDs son la herramienta ideal. Esta es la razón por la que han llegado a ser tan populares en los últimos años. En resumen, estas son algunas de las ventajas principales que sólo los CFDs pueden ofrecer:
• Los CFDs son sencillos y transparentes
• Los CFDs proporcionar un alto grado de flexibilidad, ya que no tienen una fecha de caducidad
• Los CFDs permiten invertir en una gama muy amplia de instrumentos. Plus500 por ejemplo actualmente ofrece más de 2.000 instrumentos financieros para elegir, en una gran cantidad de mercados financieros y categorías de productos
• Los CFDs proporcionan un ratio de apalancamiento de hasta 1:200
• Los CFDs tienen un punto de entrada muy bajo y permiten comenzar a operar con una pequeña cantidad