Muy importante: adaptar la velocidad de entrada a la curva. Es vital frenar antes de inclinar la moto, utilizando el freno delantero y trasero para mayor eficacia.
Una curva se compone de tres partes:
- Entrada: es el punto donde la velocidad ya está definida y se dibuja la trayectoria. Recuerda, en carretera siempre prima la seguridad y la visibilidad.
- Punto de máximo giro: es el centro de la curva, donde se alcanza la máxima inclinación. El punto de máxima inclinación coincide con la transición entre la fase de frenado y aceleración.
- Salida: el final de la curva. Al llegar a ese punto, hay que acelerar de manera gradual y junto al movimiento del cuerpo, la moto recupera la verticalidad. Si las curvas son seguidas, la misma trayectoria de la salida anterior ayudará a colocar la moto nuevamente en el exterior del carril para tomar la entrada de la siguiente y repetir el proceso.
Si bien estas son las partes de una curva en condiciones óptimas, no debes olvidar que hay que adecuar la conducción a factores adicionales como pueden ser la visibilidad o las condiciones meteorológicas.
También hay que evitar frenar sólo con el freno delantero, ni acelerar bruscamente o torcer el manillar hacia el interior.
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Prepara tu viaje con antelación, consulta el tiempo y estado de las carreteras para evitar imprevistos.