Recientemente el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que amplía las sanciones económicas impuestas a Corea del Norte por su programa balístico y nuclear, que viene intensificando a pesar de las advertencias de Naciones Unidas, la cual fue impulsada por EEUU y China, aprobada unánimemente por los quince miembros del Consejo de Seguridad y, además, pese al cambio de la política de Corea del Sur hacia su vecino del Norte, Seúl mantiene las sanciones al régimen comunista que están haciendo mucho daño a la economía de Kim Jong-un.
Precisamente el desafío norcoreano fue el protagonista de la reciente reunión de seguridad y defensa que celebraron la semana pasada en Washington China y EEUU, donde el secretario de Estado, Rex Tillerson, señaló: “reiteramos a China que tiene la responsabilidad diplomática de ejercer una mayor presión sobre el régimen norcoreano si quiere prevenir una escalada de tensión aún mayor en la región”.
Además, China y Estados Unidos acordaron que los esfuerzos para desnuclearizar la península de corea deberían ser "completos, verificables e irreversibles", donde ambos países han reafirmado que buscarán una desnuclearización completa.
No obstante, fue interesante la alusión a los intercambios a nivel militar, que deben mejorarse e inclusos reducirlos, en clara referencia a las maniobras militares que los ejércitos estadounidenses y surcoreanos realizan anualmente, los cuales sirven a Corea del Norte como justificación para su desarrollo nuclear al considerarlos como ensayos a una invasión.
Tampoco es baladí la actitud de EEUU con Corea del Norte, además del tema nuclear, Donald Trump está “rabioso” por las provocaciones de Pyongyang tras la muerte de Otto Warmbier, el joven estadounidense que fue recientemente excarcelado por Corea del Norte, lo que evidencia aún más de que el presidente estadounidense puede actuar de forma unilateral contra el régimen norcoreano y al mismo tiempo crear aún más tensión en la península coreana.
Mientras la República Popular Democrática de Corea (RPDC) criticó a Corea del Sur por pedir el fortalecimiento de la alianza entre Estados Unidos, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, que insiste en dialogar con Pyongyang, pese a que las provocaciones del país comunista, visita EEUU, donde tratará con Donald Trump los últimos desarrollos armamentísticos norcoreanos y la coordinación de una respuesta conjunta al desafío nuclear norcoreano.
Moon, que sigue considerando de enorme importancia y así se lo hará ver a Trump de un acercamiento entre las dos Coreas tras diez años de pésimas relaciones entre Pyongyang y Seúl, tratará el despliegue del escudo antimisiles estadounidense THAAD en territorio surcoreano, que ha sido congelado ante la necesidad de que el sistema se someta a un estudio de impacto ambiental, y más cuando Pekín protestó y a la vez decidió un boicot económico a Corea del Sur que le pasó una fuerte factura.
Corea del Norte no puede desaprovechar la nueva política de Moon Jae-in, debe analizar la impaciencia de China, usar como desea el régimen comunista el turismo para abrirse al exterior, y al mismo tiempo darle una mayor utilidad a su nueva página web, que como dice el régimen, tiene como objetivo promover nuevos lazos diplomáticos, los cuales sin un cambio en la estructura política y económica del país será complicado y sobre todo terminar con el creciente aislamiento en la comunidad internacional.