Amazon quiere que los cielos sean parte de sus vastos dominios. Es parte del despliegue logístico de la compañía que controla el 48% de las ventas minoristas online de Estados Unidos, y que agranda la sombra del monopolio de facto que ejerce desde hace un tiempo en suelo patrio. Se retira de China pero se expande por el resto del planeta. De acuerdo a datos de la propia FedEx, el comercio electrónico crecerá de 50 a 100 millones de paquetes al día en EEUU para 2026, un gigantesco festín en el que el coste de las entregas sigue siendo capital a la hora de ganar o no dinero.
La principal razón esgrimida por Amazon es la ruptura del contrato que tenía con FedEx para usar sus aviones de carga y acelerar los envíos express en territorio nacional. Los comunicados de ambas empresas hablaron de separación de mutuo acuerdo, aunque detrás subyace el claro intento del emporio controlado por Jeff Bezos de abaratar costes y aumentar el margen de beneficios en un mercado en plena expansión.