Asimismo, en cuanto los seguros de vida, llaman la atención varios de los datos recogidos por el comparador. Estos ponen de manifiesto que el 57% de las empleadas del hogar (el 97,3% son mujeres) no dispone de este tipo de póliza, pues aseguran que no pueden permitírsela.
Las cifras muestran la delicada situación de este grupo, así como de los parados, que alegan la misma razón para no tener un seguro de vida (solo el 28% lo tiene) o médico (el 17%). De hecho, la coyuntura es crítica para el 7% de este colectivo, que asegura no disponer de ningún seguro por falta de ingresos.
El hogar supone más del 30% del presupuesto anual
Según datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (2018, INE), cada hogar gasta 9.181 euros en la propia vivienda, en concepto de agua, electricidad o gas y otros combustibles, entre otros bienes de primera necesidad. Esta cifra supone el 30,7% del presupuesto total de hogar, un 4,6% más que el año anterior. Es decir, los españoles usamos el equipamiento de casa cada vez más.
Se puede entonces concluir que es más necesario, si cabe, tener un seguro que cubra los posibles imprevistos que puedan surgir en el día a día. Es por eso que los parados (especialmente los de larga duración) y las amas de casa, se sitúan en una posición cada vez más vulnerable.
Esto conlleva vivir con el riesgo de no poder afrontar un imprevisto como la rotura de la vitrocerámica, averías en los electrodomésticos por cortes de luz o daños por agua. Estos últimos son los más comunes, pues superan los 2 millones de siniestros anuales en nuestro país.
Las coberturas básicas, una posible solución
Aún a sabiendas de la dificultad de estos colectivos para contratar un seguro de hogar, hay compañías que disponen de muchas facilidades para que la prima se ajuste lo máximo posible a las coberturas que son realmente necesarias. Algunas aseguradoras dan la opción de personalizar la póliza, cubriendo únicamente los bienes que el usuario quiera proteger. Otras, en cambio, ofrecen coberturas básicas que probablemente se ajusten ya a las necesidades del asegurado/a.
Es, probablemente, la solución más económica ante una situación difícil, pero que puede evitar problemas mayores.