Como entrada, recordemos la obscenidad terrible de considerar “el derecho a decidir” de un fantasmagórico y jamás definido “pueblo catalán” (¿Montilla?...) como concepto democrático. En corto y por derecho: ese concepto es lo más anti-democrático y el mayor ataque/insulto a los derechos democráticos de los ciudadanos españoles. Simplemente es el propósito de hurtar, de privar, a la inmensa mayoría de los españoles de nuestro derecho democrático ineluctable, inherente a nuestra democracia y a nuestra Constitución que la sustenta, imbricado en cualquier democracia constitucional, de decidir, TODOS, en todos los temas cruciales de nuestra patria, la “polis”, razón de ser de la política.
Y sirva eso de entrada a la segunda trampa saducea de hoy, igualmente peligrosa y anti democrática. Se resume en una frase impregnada de falsedad: “¡Habrá que atender a dos millones de hispano catalanes que quieren la secesión!” (nunca la independencia). De pasada diremos que habría que empezar por averiguar por qué los tradicionales 600000 de toda la vida se han convertido en siete u ocho años en dos millones, para “desinfectar “ el mal. Pero vayamos al grano democrático.
Remitiéndonos a la excelente explicación de Don Félix Ovejero (El Mundo, 14 agosto 2019) he de recordar que siempre, siempre, es deber de cualquier Gobierno Democrático aplicar las Leyes y Gobernar para la Mayoría y el bien común haciendo aplicar con firmeza las Leyes, sabiendo que nunca contentarán a todos. ¿Acaso los Gobiernos deben atender a los muchos ciudadanos que aún creen en la pena de muerte? Espero que no. ¿Acaso está atendiendo a los millones de españoles que aborrecen del actual sistema autonómico? Pues no, atiende a la Constitución y las Leyes. ¿Acaso el Gobierno debe atender a los españoles, minoritarios, que quisieran tener la bandera tricolor republicana en vez de la rojigualda en sus ayuntamientos o edificios públicos? Inimaginable. Y si cualquier Gobierno actuara al contrario, sería anti-democrático y totalitario.
Entonces, ¿cómo responder democráticamente a una minoría, aunque fuese mayoría regional o racial o supremacista que no quiera atender las Leyes fundamentales para el bien común y la convivencia democrática? Pues nos lo enseñaron tanto el republicano Dwight Eisenhower como el demócrata J.F. Kenned : enviaron la Guardia Nacional bajo su mando a los Estados rebeldes.
A ver si nos quitamos de confusiones y nos convertimos en una democracia seria y respetable.