Para la agrupación empresarial y profesional los plazos del nuevo acuerdo en relación a los ERTE son claramente insuficientes. “Con una tímida reactivación turística, que no va a salvar de ninguna manera la temporada de verano, las previsiones económicas para lo que resta de año distan mucho de ser optimistas, en especial para subsectores como las agencias de viajes y el segmento MICE reuniones, congresos, incentivos y eventos-, sobre cuyas empresas planea una seria incertidumbre de supervivencia”, añade Molas.
El turismo es una actividad económica compleja y transversal, con múltiples particularidades en cada subsector. Coloquialmente esto se traduce en que el “café para todos” rara vez funciona. La Mesa del Turismo puntualiza que la nueva configuración de los ERTE puede ofrecer una respuesta a subsectores donde la actividad está restringida, pero existe, mientras que no aporta luz a la problemática de otros donde el problema es aún la falta de reactivación. Y estos subsectores no van a estar en condiciones de sacar a sus plantillas de los ERTE por causa de fuerza mayor el 30 de septiembre; sólo si el plazo se amplía o reciben ayudas directas podrán aguantar el duro tirón de esta crisis con la que nadie contaba.
Otro aspecto del nuevo acuerdo de los ERTE que preocupa a la Mesa del Turismo son las exenciones a la baja en las cotizaciones sociales, que irán recortándose progresivamente en julio, agosto y septiembre respectivamente, un 70%, 60% y 35% en las empresas de menos de 50 trabajadores, y un 50%, 40% y 25% en las empresas de más de 50 trabajadores. La demarcación de dos tramos en las bonificaciones a la Seguridad Social en función del tamaño de las empresas abre una brecha excesiva en las cargas sociales de unas y otras.
Por otra parte, queda pendiente conocer en qué situación se encontrarían los trabajadores autónomos de cara a los próximos meses. Representan un volumen muy significativo del empleo turístico y la regulación por parte del Gobierno de unas condiciones que tengan en cuentan la delicada situación y la falta de facturación en su actividad resulta imprescindible para que este colectivo pueda resistir y continuar siendo un eslabón dinámico del tejido empresarial del turismo.