Dentro de estas cifras se encuentran muchas personas que sufren fibromialgia, una afección frecuente que padece entre el 2% al 6% de la población, sobre todo mujeres. Puede presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante).
Las personas con fibromialgia suelen ser más sensibles al dolor. De hecho, los investigadores creen que la fibromialgia amplifica las sensaciones al afectar al modo en que el cerebro procesa las señales de dolor.
Asimismo, suelen tener una actividad física poco regulada y, en general, inconstante. En ocasiones, la actividad física es inexistente o muy baja, y en otros la actividad es excesiva.
La fibromialgia puede desarrollarse a cualquier edad en ambos sexos, aunque es más frecuente en mujeres entre los 20 y los 50 años. Se estima que en España afecta a casi un 3% de la población adulta, y representa un 5% de las consultas de atención primaria y hasta un 20% de las consultas de reumatología.
Lorenzo Pérez, experto en cuestiones socio-laborales y presidente de Grupo Fidelitis, explica que “el gran problema se encuentra en su reconocimiento como enfermedad verdaderamente incapacitante. Desde la Administración consideran la mayor parte de las veces que los pacientes se están inventando las secuelas o, como mínimo, que las están exagerando. Los informes médicos, que se suelen quedar en un plan muy técnico para el seguimiento del paciente, tampoco ayudan a que desde la Administración se den cuenta de las limitaciones reales que las personas que la padecen tienen en su día a día. Por suerte, cada vez nos dan la razón con mayor fuerza los tribunales de justicia a los no nos queda más remedio que acudir para que, con la ayuda de peritos expertos que explican al juez estas limitaciones en un lenguaje médico-jurídico, se reconozcan los derechos de los pacientes que la sufren”.
Ante las dificultades que se presentan en los procesos de solicitud de incapacidad permanente, conocer muy a fondo la normativa y procedimientos y, sobre todo, contar con un equipo especializado de profesionales para asesorar a los afectados en este largo camino, será una máxima si se pretende obtener un resultado óptimo para el enfermo y reducir al máximo los tiempos de espera.