El euro tuvo su mayor repunte intra-diario en más de dos meses frente al dólar ayer, cuando el sentimiento de aversión al riesgo dominante en el mercado global se acentuó. El evento más señalado del día fue la presentación del Banco Central Europeo con su nueva revisión estratégica. El cambio más trascendental de la revisión fue la modificación del objetivo de inflación, que ahora se centra en la meta simétrica de 2%, en comparación con el objetivo anterior de “cercano, pero por debajo del 2%». El cambio es significativo en su concepción, ya que otorga al banco central mayor flexibilidad para influir en la economía europea. Aunque en la práctica este giro probablemente no se traduzca en entregas adicionales, el impulso continuista a la política ultra-laxa del Banco queda perpetuado en el tiempo. Otro factor relevante de la revisión tiene que ver con las medidas de inflación que utiliza el banco en su diseño de política y el reconocimiento de que el precio de la vivienda está probablemente subrepresentado en el indicador actual. Esto deja margen a que futuras revisiones metodológicas deriven en indicadores de inflación más representativos y altos, conduciendo a un enfoque de política más moderado. Aunque en balance, el tono general de la revisión estratégica pudo verse como netamente “dovish”, el euro tomó impulso de menores riesgos negativos sobre las perspectivas de crecimiento.
El billete verde dominó la dinámica de los mercados ayer, ya que el sentimiento de riesgo del mercado de principios de semana se extendió a las primeras horas de la sesión de negociación. El dólar se mantuvo firme pese a unas actas de la Fed moderadas, ya que las preocupaciones sobre la variante delta del virus a nivel mundial predominaron. Este pesimismo quedó reflejado en el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que cayeron a mínimos desde febrero. Sin embargo, el sentimiento comenzó a recuperarse hacia la tarde, lo que debilitó al dólar en todos los ámbitos. Los titulares de esta mañana indican que la administración de Biden agregará a unas 10 empresas chinas a su lista negra por presuntos abusos de derechos humanos y vigilancia de alta tecnología en Xinjiang. Esto puede conducir a un aumento de las tensiones entre EE.UU. y China, lo que agrega riesgos al alza para el dólar como activo refugio. El calendario económico es ligero hoy, con los inventarios mayoristas de mayo como la principal publicación, junto con la encuesta económica de Bloomberg de julio.
La libra esterlina se ha estabilizado en un nuevo rango de negociación más bajo, después de debilitarse durante la sesión de ayer frente al billete verde. Esta mañana, la moneda se encuentra bajo una presión renovada ya que los datos de crecimiento doméstico para mayo no superaron las expectativas. El PIB creció solo un 0,8% intermensual, casi la mitad de lo esperado de un 1,5%, mientras que el PIB de abril también se revisó a la baja, del 2,3% intermensual al 2,0%. Los datos fueron un duro recordatorio para los mercados de que la recuperación del Reino Unido está perdiendo impulso fuera del sector de la hospitalidad, pese a la mayor flexibilización de las restricciones el 17 de mayo. La producción en el resto del sector de servicios se mantuvo prácticamente plana, mientras que la producción industrial aumentó un 0,8% y la producción manufacturera cayó un 0,1% mensual. Los datos de alta frecuencia sugieren que el impulso de la recuperación se ha desacelerado aún más en las semanas posteriores, sugiriendo que la completa recuperación de la economía a los niveles pre-pandemia será más prolongada de lo esperado. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, hablará al mediodía en un panel sobre digitalización e intangibles, un evento que podría tener un escaso impacto en el movimiento de los mercados.
El peso mexicano osciló en un margen amplio ayer, depreciándose frente a sus principales rivales a inicios del día, antes de recuperar su nivel inicial de la jornada frente al dólar. Las divisas de mercados emergentes fueron especialmente impactadas por una creciente percepción de riesgos en el mercado, debido a la rápida propagación de la variante delta y los temores de que pueda frenar o revertir el curso de la recuperación económica global. En el terreno doméstico, en cambio, el tono de noticias fue mixto. Por una parte, el gobernador del banco, Díaz de León, insistió en las perspectivas de aceleración económica en los próximos trimestres, añadiendo confianza sobre el panorama económico. Adicionalmente, las minutas de la reunión de Banxico revelaron la divergencia de criterios dentro del consejo de política en torno a la subida sorpresiva de los tipos en junio, marcando las pautas de una mayor resistencia de cara a posibles subidas adicionales. Los dos miembros que disintieron del consenso dejaron claro que la subida sorpresiva de los tipos debilitó la estancia prudente y predecible de la política monetaria mexicana, al tiempo que pudo haber traslado la señal de que el shock de inflación que atraviesa el país podría tener efectos permanentes en la economía. El costo de esta decisión es una distorsión impredecible en las expectativas del público, que afectan directamente el proceso de formación de precios. La evolución de la inflación efectiva continúa siendo central en la guía de política. Si bien los datos de junio publicados ayer se alinearon mayormente a las expectativas, la inflación sigue siendo persistentemente alta y resistente a la baja. Específicamente la inflación subyacente avanzó un 0,57% en relación al mes anterior, el salto más pronunciado en los últimos 22 años. Hoy los mercados locales prestan atención a las cifras salariales en junio para perfilar sus expectativas de política monetaria en los próximos meses.