España ha sido el país europeo donde se ha destruido más empleo durante 2020 y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe sobre ‘Perspectivas de empleo 2021″, la recuperación económica y de la tasa de empleo en nuestro país no regresará a sus niveles precrisis hasta 2023:«A pesar de un fuerte repunte de la actividad económica y el empleo en 2021 y proyectado para 2022, es posible que España no recupere su PIB per cápita y su tasa de empleo antes de la pandemia (63,5%) antes de 2023».
Entre los sectores más afectados por la pandemia están aquellos que requieren de la presencialidad para funcionar, como el turismo, la hostelería y el ocio, pero los expertos ya hablan de una economía post pandemia donde nada volverá a ser igual. Si antes de la COVID-19 estaba claro que la formación resultaba indispensable para obtener y mantener un empleo, ahora este factor pasa a un segundo plano, ya que al vivir en un entorno laboral en permanente cambio, marcado por una transformación digital que ha revolucionado las formas de trabajo, se han actualizado las reglas del mercado laboral y las empresas empiezan a apostar por profesionales capaces no sólo de adaptarse a esos cambios sino de anticiparse a ellos.
En este sentido, según el estudio Talent Trends Quarterly, publicado por Randstad, las empresas buscan perfiles profesionales con excelentes habilidades de resolución de problemas, con empatía y con capacidades de comunicación.
«El contexto actual, pide tanto flexibilidad a la hora de trabajar, como innovación a la hora de aportar soluciones a nuestros clientes. Esto requiere de nuevos perfiles con inquietudes para formarse y capacidad para desarrollar ideas creativas», afirma Isaac Antonete, CEO de Easy Digital System y experto en marketing digital aplicado al network marketing.
Estamos, por tanto, en la edad de oro de las habilidades blandas o soft skills, esa unión perfecta de destrezas sociales y comunicativas, hábitos y comportamientos que, junto a las hard skills o habilidades técnicas, forman las llamadas competencias profesionales. De esta forma, ser creativos, flexibles o ser capaces de adaptarnos a los cambios y sacarles partido en nuestro propio beneficio son los factores de nuestro currículum que marcarán la diferencia. Las 7 habilidades más demandadas en el mercado laboral post-COVID
Tanto 2020 como 2021, han sido años de aprendizaje forzoso para las empresas, que finalmente se han concienciado sobre la importancia que tiene disponer de capital humano que tenga competencias digitales y que sepan adaptarse a entornos cambiantes y afrontar nuevos retos de forma independiente.
Ser capaz de adaptarse rápida y eficazmente a situaciones adversas, sobre todo, es clave. Sólo tenemos que fijarnos en marzo de 2020, cuando se impuso el confinamiento y tanto las empresas como los trabajadores que supieron adaptarse y ser flexibles sobrevivieron.
Las denominadas capacidades blandas son las que más se vinculan con tu actitud personal ante la vida, el trabajo, los problemas y tus relaciones con los demás. Si tienes buenas soft skills, serás capaz de ajustarte a diferentes entornos de teletrabajo, serás buen compañero de equipo, podrás aprender más y mejor, ser más flexible y tener una capacidad camaleónica de adaptación.
Precisamente con el objetivo de mejorar la empleabilidad y adaptarnos mejor a las nuevas exigencias del mercado laboral, identificamos las 7 habilidades más valoradas en la era post Covid-19:
Aprendizaje continuo
Según indica el Foro Económico Mundial, en 2026, el 35% de las habilidades laborales que hoy se consideran imprescindibles cambiarán. El Growth mindset es la capacidad de aprendizaje y desarrollo continuo.
«Al enfrentarnos a un mercado laboral tan exigente y volátil, cada vez más se solicitarán personas con capacidades avanzadas y muy especializadas», indica Antonete.
Pensamiento crítico y pensamiento creativo
Es una de las capacidades más demandadas en la actualidad, ya que es la que posibilita tomar decisiones acertadas y ayuda a la resolución de problemas de una manera más autónoma y eficiente. El pensamiento crítico posibilita además fomentar la innovación y la creatividad, dos materias básicas para afrontar los desafíos del futuro.
Trabajo en equipo
En la era post-Covid, el trabajo colaborativo cobra una especial relevancia. Los profesionales deben tener «la habilidad para acondicionarse a realizar labores en diferentes equipos que cambien en función de las necesidades y donde los roles personales también sean distintos», asegura Isaac Antonete.
Liderazgo, inteligencia emocional y autoliderazgo
En el nuevo modelo laboral la capacidad de liderazgo es imprescindible, ya que de esta forma el empleado podrá postularse como un miembro clave del equipo. Por otro lado, la empatía es la disposición a ponerse en la piel del otro, de entender sus circunstancias y sentimientos. Solo si tenemos esta habilidad podremos ser útiles en cualquier equipo.Motivación y curiosidad
Esta habilidad implica ser proactivo desde la motivación y la curiosidad, permite a las personas ser capaces de aceptar desafíos, abordar problemas y proyectos complejos, y también hacer propuestas innovadoras.
Creatividad
En el mercado laboral actual obtiene gran valor el pensamiento creativo, que permite la resolución de problemas con soluciones nuevas e innovadoras. «La creatividad, en este ámbito, difiere de lo artístico, aquí hace referencia a una forma de pensar indispensable para aportar la innovación necesaria para hacer frente a los retos del entorno», explica Antonete.
Comunicación
Hay múltiples habilidades de comunicación. Esta soft skill es la habilidad de trasladar ideas a través de la expresión escrita y oral. En la actualidad cuando hablamos de comunicación también nos referimos al storytelling, es decir la habilidad de difundir ideas a través de las historias.
«En la actualidad el mercado laboral necesita profesionales “todo terreno” que cojan las riendas de su trayectoria; ya sea trabajando en un proyecto propio, como para una empresa» comenta Isaac Antonete.
Cómo entrenar las habilidades y ser un long-life learner
La digitalización, el incremento del teletrabajo y la crisis sin precedentes en distintos sectores, implican una redefinición de liderazgo, de la necesidad de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje continuo. «El mundo ha cambiado y necesita nuevos profesionales, long-life learners, que estén aprendiendo a lo largo de toda su carrera, y líderes dispuestos a redirigir el barco», asegura Antonete.
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