Pero lo cierto es que controlar el número de turistas y visitantes en tiempo y espacio no es algo muy complicado y menos ahora con la tecnología existente, pero se olvida algo fundamental: la voluntad política y empresarial, que van muy ligadas. Si la oferta turística quisiese (Destinos, Empresas y Administraciones Publicas) se podría planificar la gestión turística en base a unos límites aceptables, sabiendo que los impactos negativos se pueden minimizar, que no evitar, y controlando el número de visitantes y sus actividades en el entorno natural y urbano.
Controlar el número de turistas y visitantes en tiempo y espacio no es algo muy complicado y menos ahora con la tecnología existente, pero se olvida algo fundamental,…
Cuando no se tiene claro lo que se quiere obtener, es decir objetivos concretos y asumibles es imposible usar herramientas y estrategias que ayuden a conseguirlos y en muchas ocasiones llegar a conseguir los beneficios económicos está muy por encima y de lejos en importancia que la conservación de los recursos, del territorio, del entorno natural y social.
No me canso de recordar uno de los mayores errores en la gestión turística y es colocar la sostenibilidad como un objetivo a alcanzar, porque cuando hago una pregunta muy simple, no suelo tener respuesta:¿Por qué y para que hay que ser sostenible? ¿Por qué el turismo debe ser sostenible?
Algo similar ocurre con el cambio climático y escucho que hay que reducir el cambio o/y hay que ser sostenible para cuidar y conservar el planeta, para que nuestra Tierra no se termine, etc., etc.
Para mi aunque suene muy bien y sea ahora de repente políticamente correcto, la verdad es que las actuaciones o intervenciones negativas humanas al Planeta Tierra le da igual porque seguirá su evolución natural, pero sin embargo algo que se olvida es precisamente que somos nosotros los humanos y nuestras actividades productivas las que puedan estar en peligro, como el caso del turismo.
Hoy acabo de leer esta noticia: A partir de esta semana, los hoteles que hayan cumplido las normas de sostenibilidad de determinadas organizaciones independientes, como Green Key o EarthCheck, tendrán un distintivo de certificación ecológica junto a su nombre en las búsquedas realizadas en google.com/travel. ¡Sin comentarios, pero dice mucho!
La sostenibilidad implica especialmente pensar en el futuro y en el legado o herencia que dejamos a nuestros sucesores. De facto, nuestra situación actual es consecuencia de lo que han hecho nuestros ancestros, con la diferencia de que ahora debido a los procesos de producción y objetivos económicos de rentabilidad, estos cambios son más grandes y mucho más rápidos.
La sostenibilidad implica especialmente pensar en el futuro y en el legado o herencia que dejamos a nuestros sucesores
Por tanto se trata de pensar que si queremos continuar con la actividad turística y que sea competitiva, la mejor solución es que la gestión turística sea sostenible.
Aunque suene muy bien, pero si hablamos de neutralidad de carbono, no dejar huella o impacto cero del turismo en un horizonte a corto plazo, en mi opinión es una temeridad por no decir algo más fuerte. No me lo creo y me atrevo a decir que es algo casi imposible en la realidad, porque la única forma de conseguirlo sería prohibiendo la actividad y eso no es viable ni deseable.
Se debería ser más honesto y ético a la vez que pragmático y pensar que la mayoría de los beneficios de otros y de nuestro entorno nos van a beneficiar, porque en esta competición de supervivencia no hay competidores sino potenciales beneficiarios, por lo que entiendo también que se debería abandonar la política del green-washing, y de la compensación ambiental y social, tan de moda por muchas grandes empresas incluyendo las turísticas en sus RSC.
La mejor compensación es la que no se necesita.