Querríamos matizar, o profundizar, en ese mensaje. Pero antes, dejemos bien claro que nos encanta igualmente el surgimiento del Partido Valents y lo que representa de energía encauzada de la sociedad civil contra la infame situación opresiva que padecen los hispano catalanes. Todo nuestro ánimo y apoyo tienen ya, como lo tuvieron C’s y UPyD antes de que algunas/os los malearan.
Nuestra primera matización consiste en recordar que no conviene confundir sistema democrático con sistema periódico de elecciones. Las democracias modernas requieren de unas condiciones indispensables para ser consideradas tales, como la pluralidad de opciones en pie de igualdad, la libertad de expresión, sin amedrentamientos ni intimidación ni presión económica, la neutralidad de los órganos de gobierno e instituciones públicas, y el estricto imperio del Estado de Derecho, entre otras. Nada es perfecto en la vida real, y esa situación ideal se da en mayor o menor grado, pero es evidente que en la Cataluña española, esos requisitos se ven salvaje y exageradamente pervertidos, por lo que para que el voto “catalán” pueda realmente enderezar la infame (e ilegal) situación, creemos firmemente que es menester restablecer previamente unas condiciones mínimamente aceptables para que las elecciones en esa región se consideren democráticas. Y eso abarca desde la Educación hasta el restablecimiento del Estado de Derecho, y requiere tiempo.
El segundo matiz que queríamos introducir, para rematar este modesto billete, es que no nos enfrentamos a un problema catalán ni regional. El destrozo de libertades, prosperidad, valores democráticos y justicia que está sucediendo en la Cataluña del sur es un problema de España y de todos los ciudadanos españoles. Y lo arreglaremos, o no, entre todos nosotros. Empieza, incluso, a ser un desgraciado problema europeo, a través del intento de exportación de valores racistas y separatistas al resto de la UE. Por eso mismo la solución de la tragedia hispano catalana pasa por el voto, sí, pero también por el voto de todos los españoles. No podemos olvidar que dicha tragedia se debe, fundamentalmente, a la lenidad o complicidad de los Gobiernos de España. Frikis racistas a lo Sabino Arana o Prat de la Riva, o separatistas a lo General Lee, hay en todas partes, créanme, pero las democracias serias, asentadas y con valores constitucionales tienen Gobiernos que saben tratarlos para cumplir con el deber principal que tienen: la protección del bien común de la “polis”, es decir de la mayoría de los ciudadanos. Ojalá el drama hispano catalán se resuelva a base de votos, pero serán necesarios los votos de todos nosotros.
Si (
No(
