Es normal que luego la gente tenga problemas con las preferentes, o acciones que se volatilizan porque nadie les ha enseñado que es todo eso y como funciona. En broma podríamos decir que la economía en la escuela es como el sexo: lo has descubrir por tus propios medios porque nadie te lo va enseñar. Tampoco en la universidad aprendes mucho relacionado con la empresa. Incluso en muchas de las universidades privadas donde imparten carreras dedicadas al emprendimiento, nadan en la teoría, y se ahogan en la realidad. Se prepara a jefes de recursos humanos, con toda la teoría, pero nadie les prepara para una huelga agresiva o un piquete “informativo”. No nos enseñan nada relacionado con la practica real.
A alguna mis empresas acuden jóvenes que están estudiando en este tipo de carreras, para ofreces como becarios en prácticas, y a lo que aspiran es aun puesto de administrativo. Aún ha de llegar el día que venga uno y me diga” quiero que me enseñe usted a llevar un negocio, que para eso hago la carrera y por eso estoy aquí para hacer prácticas”. Y es una verdadera lástima.
En estados unidos en muchas escuelas, alcanzada la adolescencia, tienen asignaturas en las que han de crear una empresa ficticia, y desarrollar los departamentos de la misma: producción, marketing, ventas, etc.. y les obligan a conseguir algo de dinero vendiendo sus ideas.
Es el embrión de un espíritu emprendedor creciendo. Aquí, todo tu entorno te dice: búscate un trabajo fijo, déjate de aventuras… y hay que rezar porque todo salga bien, porque si sale mal tendrás que oír una y mil veces el tan temido “te lo dije, te lo advertí”. Las mismas personas que si tienes éxito dirán “siempre hemos sabido que tenías madera de empresario”. Porque ese gusanillo, esa quemazón interna que te empuja a querer emprender, y ser empresario, es algo que se lleva dentro desde mucho antes de alcanzar la mayoría de edad.
Lamentablemente en nuestro país, pensamos en los empresarios a partir de los 18 años, y aun así los tildamos de “pardillos “que no saben dónde se meten. Pero abandonamos muchos jóvenes talentos, por debajo de esa edad, con ideas geniales que ningún adulto podría esbozar, y ello se debe a que de jóvenes adolescentes, aun no tenemos todos esos frenos que empezamos a imponernos cuando alcanzamos la mayoría de edad, y pretendemos ser compatibles con la sociedad y ser admitidos en la misma.
Y así se pierden ideas locas, ideas fantasiosas que solo alguien que no sabe que no se puede hacer, consigue elucubrarlas, y hacerlas realidad.
Carecen de nuestras rémoras, de nuestros prejuicios aprendidos, de nuestra autocensura, e imaginan mundos, que cuando los vemos desarrollados, nos sorprenden porque solo un genio podía haberlos intuido. No existe en nuestro país ni un solo premio para emprendedores entre 9 y 18 años. Y digo 9 por fijar alguna edad. Porque para ser un genio no hay edad. Lo hemos visto en programas televisivos como SHARK TANK en que adolescentes han cautivado a famosos, resabiados y experimentados inversores con ideas increíbles, que a todos nos hubiesen parecido una locura inicialmente si un adulto nos las contase. Parece ser que hay que esperar a que cumpla 18, para que después de muchos años de una educación clásica al uso, de un montón de frenos hayamos matado ese gusanillo que le concomía, y se dirija al buen camino del trabajador eficiente, que no da problemas.
Debemos rebelarnos contra esto. Porque detrás de cada puesto de trabajo, hay un empresario que lo ha creado. Si queremos que haya más puestos de trabajo, irremediablemente hemos de incentivar la cultura del emprendimiento, para que cada vez más jóvenes deseen ser empresarios, y no empleados. Deseen hacer que las cosas sucedan y no ver como suceden.
Desde estas líneas, animo a todo aquel niño o niña, joven o adolescente que sienta correr en sus venas la pasión por crear algo que mejore la vida de los demás, (eso es al finy al cabo una empresa), a que no desista,y que a pesar de nadar contra corriente, llegar a la playa siempre tiene su recompensa.
Desde aquí animo a los empresarios que como yo empezaron de la nada, a que apoyen y ayuden a estos jóvenes rebeldes, que han escogido la dirección contraria a la normal. ¿Porque no crear unos premios para emprendedores noveles adolescentes? Quizás así, en un futuro no tan inalcanzable, podamos ser el país que más empleo genera y no un pais con una de las mayores tasas de desempleo de la UE.
¡Feliz Viernes!
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