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Trump

· Por Tino de la Torre, Gerente de Westfalia Gestión de Patrimonios y escritor

17/11/2024@10:30:18
Me ocurre en ocasiones que pido ayuda a mis hijos porque no encuentro eso que “debería estar ahí”. Y hasta les pregunto que “donde lo habeis puesto”. Respuesta: “lo tienes ahí delante”. Cierto: dolorosamente cierto. Es curioso cómo no vemos lo que tenemos a escasos centímetros de distancia. Pues con las recientes elecciones en Estados Unidos algo parecido: lo tenemos delante pero muchos no lo quieren ver. Por muy “wokista” de salón que pueda ser alguien el candidato ganador lo ha sido porque ha tenido más votos (es decir, gente que le ha votado). Con su mal perder se les pone cara de suficiencia y hasta un breve arranque verbal, venido de la autoridad moral que creen tener, para dejar caer algo relativo a la calidad del voto de unos con respecto a otros. Como solo es una especie de ironía te haces como que no te has enterado y no se les contesta.

· Por Pieter Cleppe, Editor-in-Chief, BrusselsReport.eu

Los responsables políticos europeos parecen desconcertados sobre qué hacer tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y en particular cuando se trata de esta amenaza de imponer nuevos aranceles a las importaciones procedentes de la UE. Un gran peligro es que la Unión Europea se extralimite y opte por atacar primero. Es posible hacerlo de forma bastante encubierta, porque en marzo de 2025 expira una tregua en los aranceles de represalia de la propia UE contra los aranceles estadounidenses anunciados previamente. No hace falta ser un gran genio de la política para entender que «golpear primero» no es la mejor manera de tratar con Donald Trump, aunque algunos, como el exembajador del Reino Unido en Washington, Lord Darroch, crean que Trump golpeará primero y luego dirá a los países: «Si los quieres levantados ¿qué vas a hacer para igualar, para reequilibrar la relación comercial?».

· Por Luis Carlos Ramírez

Ocho años y dos mandatos después, Estados Unidos está a punto de reelegir al presidente más “demagogo, incendiario e insultador”, -al decir del ex alcalde de Nueva York, Michael Blomberg-, que podría tensionar no solo una sociedad ya dividida en dos, sino desestabilizar la geopolítica internacional. En España, los afectados por la devastadora catástrofe valenciana estallan contra el Rey y los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, tras la demora en anunciar las alertas y el cicatero retraso de ayuda a los millares de afectados. Una movilización popular sin precedentes desborda el sectarismo y la ruindad después de desplazar al Ejército a cuenta gotas para socorrer a los ciudadanos atrapados en el infierno valenciano. La rebelión ciudadana les estalla a las más altas autoridades en la cara ante la sensación de un Estado fallido cuyos protagonistas continúan a la greña y además llegan tarde a la solución de los problemas. El mayor "miserable" catalán, en palabras de Garcia-Page, -que todavía permanece en busca y captura tras huir a Waterloo-, continúa chantajeando al gobierno en su intento de zafarse de los delitos de terrorismo y malversación.

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· Por José Papparelli

El triunfo electoral de Donald Trump en 2024 es un hecho histórico sin precedentes. Nuevamente con toda la maquinaria mediática en contra, no solo en su país sino también a nivel internacional, con una lluvia de denuncias, juicios, mentiras y difamaciones contra su persona, en una campaña electoral salvaje, contra sus seguidores, contra el votante republicano y sufriendo nada menos que dos atentados contra su vida, finalmente Donald Trump será nuevamente presidente de los Estados Unidos. Ha conseguido la mayoría de los electores y del voto popular -algo que siempre fue difícil para su partido- arrasando a su contrincante Kamala Harris en prácticamente todos los Estados, recuperando también la mayoría en el Senado, dando inicio a un cambio radical en la política estadounidense.

· La carrera por el despacho oval de la Casa Blanca se decidirá en Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada

El peso de las economías locales influye en los sondeos del 5 de noviembre. El sistema electoral estadounidense es uno de los muchos anacronismos de una democracia obsoleta y fatigada. Trátense de una designación indirecta en las que los 50 estados seleccionan a los 538 denominados grandes electores designados para luego investir al presidente. Una cuantía que equivale a la suma de los senadores y diputados de cada estado más tres representantes del Distrito de Columbia. 48/50 adoptan el mecanismo del winner-take-all: quien prevalezca en el sufragio popular se quedará con todos los electores. Únicamente Nebraska y Maine tienen un modelo peculiar: dos de los electores serán para el que gane y los restantes 5 - tres para el primero y dos para el segundo – se asignan al candidato que sobresalga en los distritos utilizados para la elección al Congreso. Esto significa que en el Maine, tradicionalmente democrático, un gran elector será para los republicanos y viceversa.